La trayectoria de Leshia Champs no auguraba un buen final y, sin embargo, ahora es modelo para otras mujeres que no lo han tenido fácil en la vida.“Las estadísticas decían que no lo lograría, pero Dios tenía otros planes”. Leshia Champs, de 33 años de edad, escribió esta frase en Instagram. Al lado, una imagen donde aparecen la lista de doctorados en Jurisprudencia por la Texas Southern University.
Su caso lleva difundiéndose en las redes sociales desde hace dos semanas porque esta mujer ha conseguido el doctorado siendo madre soltera y tener 5 hijos.
La historia de Leshia ha servido para que muchas mujeres que están en un caso similar al suyo encuentren que es posible romper la barrera de las dificultades y conseguir sus sueños. “Gracias a Dios”, insiste Leshia.
“Doctor en Jurisprudencia… Mayo de 2018. Solo puedo dar gloria a Dios”, escribía en el post de hace una semana, ataviada con las vestes académicas y junto a sus hijos. Cada uno de ellos lleva un cartel-pizarra con inscripciones: “Yo también lo hice”, “Yo ayudé”, “Yo colaboré”…
El trabajo en equipo dentro de su familia es una de las razones más importantes que le han llevado a conseguir el triunfo.
“Puedes hacer que todos los desafíos se conviertan en tu historia de éxito”, declaró a Univision Noticias. “Lo que Dios hizo por mí, lo hará también por ti, solo confía en él”, añadió.
La historia de Leshia es un ejemplo de superación. De pequeña estuvo en varios hogares temporales, en parte debido a que su madre era drogadicta. Dejó la escuela en el décimo grado. Una de sus hermanas tuvo un bebé a los 14 y ella se quedó embarazada a los 18.
En continua situación de precariedad algo importante cambió el día en que, después de tener su cuarto hijo, su hermana la acompañó a una iglesia y la animó a asistir con regularidad.
El sueño de ser abogada
En la iglesia Leshia conoció a una persona que la motivó para que volviera a estudiar. Leshia había soñado con ser abogada algún día, pero aquella fantasía la había aparcado. Era el año 2009.
Las dificultades arreciaron: un incendio en la casa donde vivía hizo que perdiera sus pertenencias. Al poco la despidieron de su trabajo y el padre de dos de sus hijos falleció de cáncer cuando ella estaba embarazada del quinto.
Decidió volver a la escuela
Abatida y con un cúmulo importante de problemas, Leisha desesperó y pensó en quitarse la vida, “pero al final lo que hice fue volver a la escuela para obtener mi certificación de preparatoria (GED)”, explicó en una entrevista a Yahoo.
Retomar el contacto con los libros resultó ser la mejor vía para que todo volviera a un orden. Obtuvo el bachelor en la Universidad y posteriormente se matriculó en la facultad de Derecho de la Texas Southern University. En mayo obrará en su poder el título de doctora.
Leisha recuerda que su motor son Dios y sus hijos. “Ellos han estado conmigo de comienzo a fin. Cuando yo pensé en dejar la facultad de derecho, ellos fueron mi soporte. Le agradezco a Dios por mis niños”, dijo.
¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?
Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia. Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.
20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).
Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.
