Cristian, un testimonio clave en el debate sobre la despenalización del aborto en ArgentinaCristian podría no haber estado allí. Su testimonio en el debate, su voz, no hubiese podido estar presente. Pero su madre, que fue madre suya muy muy joven, siguió adelante con su embarazo, y lo dio en adopción.
Cristian siempre supo que había sido adoptado. Y a medida que fue creciendo, tuvo la necesidad de saber quién era su madre biológica, como contó ayer en el marco de las sesiones en el congreso argentino para que los ciudadanos opinen sobre la posible despenalización del aborto.
A los 15 años, encontró un sobre con información de su adopción, y por primera vez supo el nombre de su madre biológica e incluso hasta su documento. No es que se lo ocultaban; simplemente él no se animaba a preguntarle a sus padres. No era fácil en esa época buscarla; no había redes sociales, y estando en el interior, se hacía difícil una búsqueda en Buenos Aires.
Un tiempo más tarde, ya casado y con su esposa, la buscó nuevamente. A su mamá le había tocado llegar a Buenos Aires a los 12 años, muy niña, para trabajar. De niña y adolescente sufrió interminables abusos. No se veían desde hacía más de 20 años, cuando ella lo había dejado en un hospital, siendo bebe, para que sea dado en adopción. Hablaron por teléfono y acordaron encontrarse en un centro comercial porteño. Durante los primeros minutos, hubo silencio. Hasta que él le dijo “Quiero que sepas que te busqué para decirte gracias porque no me abortaste abordarte”. La madre rompió en llanto. Y le confesó: “Todos los días de mi vida siempre estuve pensando en vos”.
“Quiero decirles que independientemente de que ella me haya dado la vida, o si hubiese elegido abortarme, nada hubiese cambiado que todos los días de su vida ella siempre hubiese estado pensando en ese bebe. Por eso una mujer que aborta nunca puede dejar de pensar en ese bebe, nunca puede dejar de pensar en esa personita que se estaba comenzando a gestar en su interior. Se que hay embarazos que se dan por relaciones forzadas, por violaciones, otras por no conocer los métodos anticonceptivos ni su correcto uso. No pretendo ponerme en el lugar de estas futuras madres. Jamás podré saber del dolor, la tristeza y el vacío que estas situaciones les producen. Sí sé lo que es disfrutar la vida, el poder ayudar al prójimo, el darle esperanzas o un abrazo al que nunca lo sintió, sabiendo que mi madre tenia el derecho, como le dicen, de abortarme o permitirme vivir”, relató Cristian en su emotivo testimonio.
“La pregunta que hoy debemos hacernos no es cuándo comienza la vida. Sino cuánto vale la vida. Permitamos entre todos que otros bebes puedan nacer, como lo pude hacer yo. Porque de otra manera hubiese sido un posible abortado. Quiero decirte que una historia que comienza siendo triste, dolorosa, e injusta, puede, en las manos de un Dios de amor perfecto, transformarse en una buena historia para contar”, concluyó.
La voz de Cristian fue una de las 16 que expusieron a favor de la vida en la tercera jornada de sesiones abiertas a que los ciudadanos opinen en la Cámara de Diputados por qué apoyan o rechazan la posible despenalización del aborto. A dos sesiones semanales, se espera que hasta junio sigan sumándose las voces. Lamentablemente, y pese a que son cientos las personas que tendrán oportunidad de argumentar antes de que el proyecto sea votado en la Cámara de Diputados, cada vez menos diputados asisten a las sesiones.