La Iglesia San Francisco de Asís en Atyrá guarda reliquias del antiguo templo del Siglo XVIII “Bienvenidos a Atyrá, ciudad limpia, saludable y productiva”, reza un cartel a la entrada de la que es considerada la ciudad más limpia de Paraguay y reconocida como “capital ecológica” del país sudamericano.
Es en esta pequeña y llamativa localidad, departamento de Cordillera, donde los franciscanos – seguidores de San Francisco de Asís, también considerado patrono de la ecología y a quien la ciudad le rinde homenaje- han dejado un legado más que importante a través de las misiones y su contacto con los nativos (guaraníes).
Efectivamente, en la Iglesia San Francisco de Asís de esa ciudad (estructura moderna construida en 1928 que guarda obras y reliquias de la antigua parroquia del pueblo del año 1752), es posible deslumbrarse con algo que bien puede ser considerado un “tesoro escondido”: una particular reliquia de estilo barroco hispánico-guaraní construida en el año 1580 y que mantiene un vínculo particular entre lo religioso y la tierra originaria.
“Es un retablo de madera construido (…) por los frailes franciscanos con ayuda de indios guaraníes. Fue durante el proceso de evangelización. También de esa época, hay imágenes de santos talladas completamente a mano”, expresa a Última Hora padre Juan Luis Aroffo, responsable del cuidado de la Iglesia desde hace varios años.
El retablo de esta iglesia se ubica por detrás del altar mayor, del Siglo XVIII, y representa un claro “contraste entre el arte sacro y la mano de obra de los nativos”.
“En el tallado se refleja mucho la naturaleza atyreña, los frutos que crecen con facilidad en estas tierras”, prosigue Aroffo.
“Entonces, los franciscanos, observando la naturaleza, reprodujeron todo en un retablo en honor a San Francisco de Asís, patrono de la ciudad y fundador de la comunidad religiosa”, agregó el sacerdote a ese medio.
En el interior del retablo, declarado Patrimonio Cultural de Paraguay, es posible contemplar otras imágenes como la de la Virgen de la Candelaria, Santa Lucía, San Roque, además del Divino Niño Jesús, entre otros.
He aquí parte del legado de los franciscanos en la que es considerada “la ciudad más limpia de Paraguay”, sin dudas un lugar a tono con el santo custodio de la Creación, a quien rinde homenaje, y cuya iglesia conserva un particular “tesoro escondido” que quiere salir a la luz y ser conocido en el mundo entero.
Con información de Última Hora