Tiene más de 300 años y está ubicada en la localidad paraguaya de Santa RosaUn día, cabalgado, el sacerdote jesuita Jacobo Ranzonier divisó una “verduzca colina” que se caracterizaba por su vegetación compuesta por “palmeras, cocoteros y naranjos”. La belleza natural del lugar lo cautivó tanto que a su regreso a su vivienda en Santa María de la Fe convoca a las familias aldeanas de la reducción jesuítica a acompañarlo a una aventura fundacional de la nueva ciudad, Santa Rosa, algo que ocurrió el 2 de abril de 1698.
Este testimonio, dado por el propio sacerdote y replicada en diversos medios –entre ellos el sitio web del municipio de Santa Rosa– da cuenta de una ciudad ubicada en el departamento de Misiones, Paraguay, y que es considerada una de las más importantes en cuanto a la influencia jesuita en América del Sur.
Es en esa ciudad donde cualquier visitante puede disfrutar de la riqueza patrimonial y arquitectónica que dejaron los jesuitas en Paraguay con sus misiones. Es ahí donde también se ubica una famosa torre de piedra roja –además de la Casa de los Indios, la Capilla de Loreto y diversas obras de arte- de más de 300 años de antigüedad y que representa uno de los principales atractivos turísticos.
Sin embargo, algo considerado hasta ahora como “huella indeleble” de los jesuitas en Santa Rosa y que forma parte del rico patrimonio local, se encuentra “deteriorada y en grave riesgo”, consigna Última Hora.
Pero a la hora de encontrar la causa del deterioro y el riesgo del derrumbe aparece la mención nada más ni nada menos que a una planta conocida, por su nombre en guaraní, como guapo’y. Se trata de una especie – Ficus luschnathiana– de planta epífita (crece sobre otros vegetales usándolos como soportes) y es considerada endémica en países como Brasil, Argentina y Paraguay.
Efectivamente, las raíces de esta planta, popularmente conocida como higuerón o “traga palos”, se ha convertido en la principal amenaza y dolor de cabeza para los amantes del resguardo de tan valiosa herencia jesuita. Si no se hace nada urgente, la planta seguirá creciendo y apoderándose de la famosa torre, algo que ha llevado a muchos a tener que denunciar públicamente la situación ante las autoridades locales.
En ese sentido, una de las principales voces provino de la parroquia de Santa Rosa. “El año pasado se hizo el llamado a licitación de obra para la restauración y puesta en valor a través del patrimonio interno que es la torre jesuítica de Santa Rosa, la obra está encaminada por el MOPC, es un proyecto que se hizo en conjunto con la peatonalización de las calles del frente de la iglesia, la capilla de Loreto, la Casa de Indios, pero se aprobó solo la parte de la torre. La obra fue adjudicada al ingeniero Mario Llano Vanni, pero hay un impase por una denuncia de otro profesional y se están atrasando los trabajos y la necesidad es urgente”, expresó Joaquín Martínez, párroco de Santa Rosa, indica Última Hora.
Por su parte, Mario Llano Vanni, propietario de MLLV, empresa constructora adjudicada para la restauración, también argumentó que fueron presentados los papeles necesarios para dar inicio a los trabajos, pero que todo prosigue bloqueado por cuestiones administrativas.
“Es terrible la situación que está pasando con Santa Rosa, porque es urgente salvar este patrimonio histórico jesuítico del lugar”, expresó Llano Vanni a Última Hora.
Es así que una belleza patrimonial e histórica ahora está siendo amenazada por una planta, la misma vegetación que hace algunos siglos deleitó al jesuita que encabezó la misión de fundación de la ciudad. Sin lugar a dudas se requiere urgente de la “poda” para que la torre pueda “permanecer” y seguir siendo símbolo de la rica herencia jesuita en Paraguay y América Latina.
Con información en base a Última Hora