Esta nación perseveró lo largo de la tumultuosa historia de EuropaEs fácil pasar por alto San Marino cuando se mira un mapa, ya que es el tercer país más pequeño del mundo, más grande solamente que Ciudad del Vaticano y Mónaco. Enclavado en las montañas del noreste de Italia, este territorio de 61 kilómetros cuadrados tiene muchas singularidades: es el único país de Europa con más vehículos que personas, es el país más antiguo establecido en Europa y, curiosamente, fue fundado por un santo.
San Marino fue un cantero que huyó de la isla de Rab, ahora parte de Croacia, para escapar de la persecución de la fe cristiana por el emperador Diocleciano. Una vez en Italia, fue ordenado diácono por el obispo Gaudencio de Rimini; sin embargo, poco después fue acusado por una mujer enloquecida de ser su marido separado. Marino huyó de nuevo y subió al monte Titano, donde construyó una capilla y un monasterio y vivió allí como ermitaño el resto de su vida.
Billy Ryan, de UCatholic, explica que esta capilla se convirtió en el centro de lo que sería el Estado de San Marino.
Durante años, su monasterio y el área a su alrededor creció hasta una ser una población de montaña cuantiosa y pacífica, a salvo en la altura de las montañas de la persecución del emperador Diocleciano. Cuando este pueblo de las montañas fue descubierto, la propietaria de las tierras, Felicissima, las legó a la pequeña comunidad católica a perpetuidad, animándoles a permanecer siempre unidos, un encargo que mantienen firmemente todavía hoy.
El país quedó verdaderamente unido por las últimas palabras de san Marino, “relinquo vos liberos ab utroque homine”, es decir: “Os dejo libres de ambos hombres”. La frase “ambos hombres” se refería al emperador romano y a los Estados papales, ya que San Marino no debía lealtad a ninguno. El lema de San Marino, LIBERTAS, se dice que fue extraído de las últimas palabras de san Marino.
A pesar de su tamaño, San Marino ha prosperado durante 1700 años. Estuvo brevemente en peligro de invasión durante el auge de Napoleón; sin embargo, uno de sus regentes, Antonio Onofri, se ganó el respeto de Napoleón y consiguió así que garantizase su seguridad. Permanecieron neutrales durante ambas Guerras Mundiales y dieron cobijo a miles de refugiados tras la caída de Mussolini.
En la actualidad, San Marino es uno de los países más ricos del mundo en términos de PIB (per cápita), con una cifra comparable a la mayoría de países desarrollados europeos. Su economía se considera muy estable y en su mayoría gira en torno al turismo. No tienen deuda nacional y disfrutan de un superávit económico. También tienen una de las menores tasas de desempleo del continente.
El pueblo de San Marino ha permanecido fiel a sus devotas raíces. Hoy día, más del 90% de la población es católica. Su fiesta nacional es el día de San Marino, su santo patrón, a quien están consagrados.
Dato curioso
Siendo Abraham Lincoln presidente de EE.UU., San Marino lo nombró ciudadano honorario. Lincoln les escribió respondiendo que un “gobierno fundado sobre principios republicanos es capaz de administrarse para ser seguro y duradero”.