El debate ha trascendido las paredes del congreso. No todo esta perdido. Salvemos las 2 vidasEl 8 de agosto es la fecha clave, el día en que la Argentina podría dar un vuelco radical en su historia republicana. Ese día, el Senado de la Nación votará si aprueba, rechaza, o modifica un proyecto de legalización del aborto que podrían pasar a convertirlo de delito a derecho, permitiendo el aborto de niños que a la semana 13 se sabe nacerían con discapacidades, creando “listas negras” de médicos objetores que se nieguen a practicarlos, y abriendo el camino para otros tipos de legislaciones de corte más radical, como algunos políticos de distintos partidos ya anunciaron.
El debate ha trascendido las paredes del congreso. En las calles miles se han manifestado, como hemos informado varias veces. En los medios de comunicación nacionales, el tema ha sido moneda corriente, como si se hubiese impuesto una espiral de silencio sobre los que quieren que la legislación argentina siga prohibiendo el aborto. Una fotografía de la redacción del diario La Nación que circuló por estas horas, que mostró a una gran cantidad de comunicadores del periódico que en sus editoriales defiende la vida desde la concepción con un pañuelo verde, signo del pedido de legalización del aborto, explica muchas cosas.
Aún así, aún con el despido de comunicadores como Amalia Granata por animarse a exponer los absurdos de este proyecto de ley, hay motivos para la esperanza. Al menos por cuatro motivos.
1. El interior expresa otro cantar. Las calles de Buenos Aires pueden ser una cosa. Los medios de comunicación y las empresas de la urbe porteña pueden indicar algo. Pero el interior expresa otra voz.
Lo hará hoy San Juan, con un abrazo simbólico al histórico Hospital Rawson, cuyos trabajadores de salud están siendo expuestos a una ley para lo que no han sido formados, y que siempre han rechazado. A este abrazo se han unirán círculos de profesionales, religiones, funcionarios. Actos similares hubo en Misiones, Formosa, y otras provincias. Los senadores, que representan a las provincias y suelen tener un vínculo más fuerte con sus terruños, seguramente están atentos a estos actos.
2. Algunos senadores que están a favor de la norma, como los cordobeses, ya aclaran que si no hay modificaciones profundas no aprobarán la ley. Entre las modificaciones, plantearían bajar de la semana 14 a la semana 10 el límite para el aborto libre, requerir denuncia policial a quien pida el aborto por violación, poner límites al aborto por denuncia de violación, eliminar las restricciones a la objeción de conciencia, entre otras. Y algunos intransigentes con el proyecto inicial, no parecen dispuestos a aceptar estas modificaciones. Si no hay consenso, la ley no puede ser aprobada. Si se aprueban las modificaciones, debe regresar a la cámara de diputados para ser allí ratificada. Pero allí también puede reinar la intransigencia.
3. El Santo Pueblo Fiel de Dios no está solo. El 8 de julio las diócesis de la región de Buenos Aires se reunirán en el santuario de Nuestra Señora de Luján, patrona de los argentinos, para rezar una Misa por la Vida. Lo mismo harán las diócesis del interior en distintos santuarios marianos. Se rezó y se está rezando mucho. En las grandes ciudades, en los pueblos, en las villas… La unidad en la oración clamando que #ValeTodaVida es prácticamente inédita en la historia argentina.
4. Pase lo que pase, son muchos los que están asumiendo el compromiso de con aborto legal o ilegal, hacer todo lo posible para que ninguna madre tome esa opción. Los colegios católicos están comenzando a abordar el tema como antes no lo habían hecho, comunicadores han comenzado a perder el miedo a expresarse a contracorriente, mamás que pasaron por el drama del aborto han salido a dar testimonio para apoyar a otras. Algo ha cambiado estos meses. Y puede seguir cambiando