En la entrada a la basílica en el Vaticano, se encuentran dos grandes estatuas, una representa a San Pedro y la otra a San Pablo. ¿Cómo las distinguimos?
Después de sus martirios decretado por Nerón en el 64 d. C., y que sufrieron casi simultáneamente, los dos santos comenzaron a aparecer uno al lado del otro en las iconografías: San Pedro representado con las llaves de la Iglesia, como evidencia de su poder espiritual, y San Pablo empuñando la espada, pero con un gesto pacífico con la punta de la espada apuntando hacia abajo, como guardián del poder material de la Iglesia.
Y de aquí del símbolo de la espada que lleva el “apóstol de los gentiles” nace esta curiosa historia muy romana, ya que son los ellos que usualmente hacen “hablar a las estatuas”.
La estatua
La estatua de la cual hablamos, es una obra del escultor Tadolini, discípulo de Canova. El artista no representó al apóstol en la manera tradicional, su espada está vuelta hacia arriba en clara contradicción con la santa mansedumbre del santo mostrada después de su conversión (luego tomará el mismo patrón el escultor Giuseppe Obici para la estatua en la nueva basílica dedicada a San Pablo en Ostiense).
Esto no pasó desapercibido al espíritu siempre agudo de los romanos, que no disimularon el desacuerdo por la elección de esta posición extraña de la espada y levantaron una ola de difamaciones en contra del escultor que seguramente no se merecía.
Y es así que una noche un anónimo poeta salió en defensa de Tadolini, y aprovechando que la estatua del santo se encuentra en la posición de leer un edicto, colgó en el pergamino que san Pablo tiene en su mano derecha un cartel con la siguiente escrita:
"Si un día levanté mi espada contra Cristo / luego la bajé después de haberlo visto / Y es bueno que usted sepa, oh mundo triste, / que ahora la elevé por amor de Cristo"
En esta galería fotográfica te mostramos distintas estatuas de san Pablo, y como se diferencian con la de Tadolini y la de Obici: