¿Vale la pena el riesgo para estos tres países? Hay cinco factores que hacen reflexionar sobre el sueño de un nuevo Mundial en Sudamérica Las federaciones de fútbol de Argentina y Uruguay sueñan desde hace años con albergar la edición 2030 del Mundial de Fútbol. Sería la edición del centenario, a cien años de la primera Copa del Mundo de la FIFA que en 1930 tuvo lugar en Uruguay, con los charrúas campeones del mundo venciendo en la Final a los también rioplatenses argentinos.
La historia daría la derecha al pedido rioplatense, al que se sumó Paraguay. ¿Pero alcanza con la historia?
A Atenas no le alcanzó con ella para organizar los Juegos Olímpicos de 1996, los juegos del centenario. La capital griega había presentado su postulación al Comité Olímpico Internacional para aquellos juegos del centenario, pero más que la historia griega, cuna del olimpismo, se priorizó el poderío y potencial económico de la ciudad estadounidense Atlanta.
La “deuda” fue pagada dando a los griegos los Juegos de Atlanta 2004, organización costosísima que muchos ponen entre las causas de la gran crisis griega que llegaría al poco tiempo.
Un juego olímpico no es lo mismo que un Mundial, pero bien vale la lección de la historia antes de soñar por algo que los rioplatenses consideramos casi un “derecho”. ¿Están en condiciones para alojar un Mundial? Haz click en la galería y mira los 5 factores.
Por ahora, la candidatura y las expectativas de los gobiernos organizadores están firmes. La confirmación de la sede, que bien puede ser rechazada teniendo en cuenta que la sede 2026 será en Norteamérica y la FIFA puede elegir la rotación continental, llegaría recién en 2022, aunque algunos esperan se haga en 2020.
Para muchos periodistas que han viajado hasta Rusia y ya han cubierto otros Mundiales este ha sido el Mundial mejor organizado de la historia: en términos de oferta turística, gastronomía, seguridad, orden público, infraestructura para el desplazamiento, entre otros puntos.
¿Pueden ofrecer tres países juntos algo de la misma categoría? ¿Están en condiciones de asumir el riesgo? ¿Vale la pena intentarlo?