He aquí algunas de las indicaciones más recurrentes de su presencia en el mundo de hoy, según el PontíficeEl papa Francisco en varias de sus homilias y discursos cita a Jesús que nos recuerda el Espíritu Santo como ayuda, consolación, sabiduría, maestro y espíritu de la verdad. El Espíritu Santo se manifiesta – según la Biblia – en diversas formas: agua, viento y fuego.
El Espíritu Santo es original
El Papa considera que el hombre se resiste al “Espíritu Santo” que se presenta en los “cambios”, es decir, en las novedades de Dios, que “siempre sale a nuestro encuentro con algo nuevo” y “original”. (Homilía de Santa Marta 24.04.2018).
El Espíritu Santo toca a la puerta abierta
El Papa habla de los “doctores de la ley” que tienen una actitud cerrada, de “rigidez”. Así, invita a salir de sí mismo, pues esto crea inercia y nos hace insensibles a las novedades; incapacidad de “discernir los signos de los tiempos”.
El Espíritu Santo contra las cadenas de las ideologías
La obra del Espíritu Santo libera de ser esclavos de palabras o ideas. “Vuelven a la misma pregunta, son incapaces de salir de ese mundo cerrado, son prisioneros de las ideas. Han recibido la ley, que era vida, pero la han ‘destilado’, la han transformado en ideología, y así dan vueltas y vueltas y son incapaces de salir, y cualquier novedad es para ellos una amenaza”.
Libertad de los hijos de Dios
Francisco propone como ejemplo positivo a los primeros discípulos que muestran docilidad a lo nuevo. Ellos escapan de la lógica ideológica del tradicionalismo: “siempre se ha hecho así”. Ellos, subraya el Obispo de Roma, “permanecieron dóciles al Espíritu Santo para hacer algo que era más que una revolución”, “un cambio fuerte”, y en el centro “estaba el Espíritu Santo: no la ley, el Espíritu Santo”.
Iglesia en movimiento con el Espíritu
El Espíritu pone a la Iglesia en movimiento, que va más allá de sí misma. No como un “grupo cerrado de elegidos”, una iglesia misionera. “El equilibrio de la Iglesia, por así decirlo, está precisamente en la movilidad, en la fidelidad al Espíritu Santo”.
El Espíritu como una bicicleta
“Alguno decía que el equilibrio de la Iglesia (en el Espíritu Santo) se parece al equilibrio de la bicicleta: está firme y va bien cuando está en movimiento; si la dejas quieta, se cae. Un buen ejemplo”, constató.
Siempre hay una resistencia inicial
Francisco indica que “de los discípulos, de los apóstoles”: la resistencia inicial no es sólo humana, sino que es también “una garantía de que no nos dejamos engañar por cualquier cosa, y después con oración y discernimiento encuentran el camino”.
Como elegir el camino del Espíritu Santo
El Papa insta al discernimiento para entender los signos y tomar decisiones en el momento. “Que el Señor nos de la gracia de saber resistir a lo que debemos resistir: lo que viene del maligno, lo que nos quita la libertad, y sepamos abrirnos a las novedades, pero sólo a las que vienen de Dios”.
Detrás del sufrimiento, hay gloria
El Papa expresa que el Espíritu nos salva de la “tensión entre sufrimiento y gloria”. Pues es la fuerza interna, la del Espíritu Santo, que “nos lleva en esperanza a la plenitud del Reino de Dios”. (Santa Marta, 31.10. 2017)
La esperanza es un don del Espíritu
La esperanza es un don del Espíritu y está dentro de nosotros y lleva “a una cosa grandiosa, a una liberación, a una gran gloria. Y por esto Jesús dice: ‘Dentro de la semilla de mostaza, de ese grano pequeñito, hay una fuerza que desencadena un crecimiento inimaginable’”.
El Espíritu detrás de las cosas humildes
La esperanza “es la virtud más humilde”, “la sierva”, pero donde está la esperanza, está el Espíritu Santo, que lleva adelante el Reino de Dios, predica el Papa.
El Espíritu cambia dentro
El Espíritu “no revoluciona la vida a nuestro alrededor, pero cambia nuestro corazón; no nos libera de repente de los problemas, pero nos hace libres por dentro para afrontarlos; no nos da todo inmediatamente, sino que nos hace caminar con confianza, haciendo que no nos cansemos jamás de la vida”.
El Espíritu Santo es como un neonato
El Espíritu Santo es como cuando, “en una familia, nace un niño: trastorna los horarios, hace perder el sueño, pero lleva una alegría que renueva la vida, la impulsa hacia adelante, dilatándola en el amor”.
Galería sobre el Espíritu Santo: