Como las abuelas de Messi y de Carles Puyol, la de Malcom ha tenido un papel decisivo en la trayectoria del jugadorPropongo que el Futbol Club Barcelona organice una fundación en homenaje a las abuelas del mundo. ¿Qué sería el mundo del fútbol sin ellas?
Malcom, el último fichaje del Barça, llega como extremo. Tiene 21 años y nació en Brasil, como Cristiano Ronaldo, Neymar Jr.,… Y parece que viene para entrar en la lista de históricos que inauguró Pelé.
No ha tenido un pasado fácil. Se crió en una favela, uno de esos barrios ciudades inmensos donde la pobreza y el analfabetismo son moneda corriente, lo mismo que la falta de higiene y la inseguridad.
Pero el nombre de Malcom ya dice que en su familia nadie se conforma con situación difícil. El papá del hoy estrella del Barça decidió darle el nombre de Malcom al bebé (nacido el 27 de febrero de 1997) en honor nada menos que del líder de la lucha antirracista Malcom X, jefe de los Panteras Negras. (Es significativo que podría haberle llamado también como Martin Luther King, pero parece que le atraía más la figura de un líder menos pacifista).
Para que el nieto fuera a los entrenamientos
Pues bien, en la trayectoria de Malcom hacia el éxito del fútbol tiene mucho que ver la abuela del jugador. Cuando el chico dijo en casa que quería hacer los entrenamientos en la cantera Corinthians, apareció el problema económico: ¿de dónde sacar dinero para los boletos del autobús que debía tomar?
La abuela de Malcom, después de pensarlo un tanto, decidió llevar a cabo un acto de audacia: vender sus cazuelas. Con el dinero que reunió, aquel muchacho llegaría poco tiempo después a la Primera División del fútbol europeo.
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Hoy Malcom es admirado y deseado por muchos equipos (incluido la Roma, que se ha quedado en puertas de un gran fichaje). En el Barça dispondrá de escenario para lucirse y de euros en el bolsillo para comprarle a la abuela todo el menaje del mundo y más.
Con la anécdota de la abuela de Malcom, viene a la memoria otra abuela-heroína, la de Leo Messi. Nadie dejaba que el niño Leo jugara en casa a fútbol porque decían que rompía objetos y molestaba.
La abuela de Messi, en cambio, disculpaba al chiquillo y le animaba a seguir jugando. Así fue como Messi aprendió a manejar el balón prácticamente sin levantarlo del piso, como llaman al suelo en Argentina.
¿Otras abuelas para recordar? La de Carles Puyol, para quien su nieto se dejó crecer el pelo casi tanto que le tapaba los ojos, para que ella lo reconociera en la televisión.
No me digan que no hay motivos para que en el fútbol se haga algo en pro de las abuelas…