Con poco menos de un metro de alto, Melissa Davert se esforzó en estudiar una carrera. Después se enamoró, se casó y tuvo mellizos.
Cuando Melissa Davert nació con un trastorno debilitante de huesos frágiles llamado osteogénesis imperfecta, los médicos no creyeron que alguna vez podría sentarse y mucho menos que pudiera dar a luz a mellizos con seguridad.
Pero esta mujer de Míchigan, en EE.UU., que mide 90 centímetros, parece haber pasado su vida desafiando las probabilidades y esparciendo su alegría, su naturaleza bondadosa y su profunda fe en Dios.
Es la menor de siete hermanos. Creció con hermanos de más de 1’80 metros de altura. Su familia la animó a ser autosuficiente, a tener sentido del humor y, lo más importante, a tener fe.
Como vemos en este inspirador video que comparte en Facebook, sus padres siempre le dijeron que “hay una razón y un propósito para tu discapacidad… solo tienes que tener fe y confianza en Dios y en su plan”.
Y parece que el plan de Dios era darle a Davert y a su esposo Ken, que sufre de parálisis cerebral, una vida verdaderamente alegre, junto con sus mellizos, Michaela y Austin, que nacieron en 1998.
Aunque sus dos hijos, ahora con 19 años de edad, heredaron el trastorno de su madre, también parecen tener la alegría contagiosa y la gratitud de sus padres por una vida que está arraigada en su fe.