¿Qué harías si ganaras una fortuna en la lotería? Esta mujer decidió hacer lo que decía la Santa de Calcuta: “Dar la oportunidad a los ricos de tocar a los pobres”A Rachel Lapierre siempre le había gustado ayudar a los demás. Tras dirigir su propia agencia de modelos y después trabajar como enfermera, quiso seguir a su ídolo, la Madre Teresa de Calcuta, y dedicar su vida a la caridad.
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Finalmente la gran oportunidad para concretar su sueño apareció cuando ganó la lotería por un valor de un millón de dólares. En ese momento no lo dudó. Durante el resto de su vida quería hacer algo que amaba: quería ayudar a otros.
Su historia
A principios de la década de 1980, Rachel se había unido a una escuela de modelos donde la animaron a participar en el concurso de belleza de Miss Québec que finalmente ganó. En una entrevista para la BBC contó la sorpresa de vivir esa gran experiencia: “Pensé que modelar era para rubias altas con ojos azules y yo era bajita y morena”.
Esto la inspiró a crear su propia escuela de modelaje y ayudar a otras jóvenes, hasta que decidió cerrar el negocio para dedicarse a educar a sus cuatro hijos.
Fue luego, a raíz de su trabajo voluntario que había sido una constante en su vida, cuando comenzó a incursionar en la enfermería y realizar viajes con organizaciones humanitarias a lugares como India y Haití.
El significado de la felicidad
Luego de ganar la lotería le llevó dos meses dejar su trabajo de enfermería y lanzar su propia organización caritativa: Le Book Humanitaire. Una organización sin fines de lucro que utiliza las redes sociales para conectar a las personas necesitadas con personas que pueden ayudarlas.
Las actividades incluyen facilitar cosas materiales como amueblar un departamento para una familia de refugiados o recolectar juguetes para niños, así como también ofrecer servicios que implican conducir a una paciente enferma hasta la cita que tiene con su médico o encontrar un hogar para una madre sin hogar que acaba de dar a luz.
Rachel disfruta muchísimo de su trabajo, que, según ella, “no se parece en nada a un negocio habitual” y “alimenta su alma”. Así, dedica su dinero y su tiempo a ayudar a otros, atendiendo los pedidos de ayuda junto a un equipo de voluntarios.
Tiene un proyecto de vida muy diferente al glamoroso mundo del modelaje y tiene menos fortuna de la que tenía cuando ganó la lotería, pero no le preocupa. El vivir sencillamente desprendiéndose de las cosas y compartiéndolas con los demás, le ayudó a encontrar la verdadera felicidad.
Para ella la felicidad no la dan factores externos, sino que proviene del interior: “Creo que la felicidad viene del corazón. Es lindo tener una casa nueva, un auto nuevo, o lo que fuese, pero no los necesitas para ser feliz. Cuando realizas una buena acción te llena el corazón, el alma, te hace sentir bien”.
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