“María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón” (Lc 2,19)
La Virgen nos invita a hacer silencio para poder meditar el Misterio de Cristo, que es algo tan grande que solo lo podemos captar mínimamente con nuestro corazón, teniendo fe sin llegar a comprenderlo todo.
¿Por qué hacer silencio? Simplemente porque muchas veces las palabras estorban, están de más, y no nos dejan actuar con sano juicio, o con la bondad de corazón.
Desde hace algunos años se ha acrecentado la devoción a la “Virgen del silencio”, un icono que el fraile italiano Emiliano Antenucci pidió realizar a una monja benedictina que se dedica a la iconografía.
Esta misma imagen la quiso tener presente papa Francisco en el Palacio Apostólico.
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Hoy te invitamos a dedicarle un tiempo de oración a María, Virgen del Silencio, con esta hermosa oración del beato John Henry Newman:
Oración
María silenciosa,
que todo imaginaste sin hablar,
más allá de cualquier visión humana,
ayúdame a entrar en el misterio de Cristo
lentamente y profundamente;
como un peregrino consumado de sed
entro en una cueva oscura
al final de la cual se escucha un ligero correr de agua.
Antes que nada déjame arrodillarme
para adorar,
haz que luego empuje la roca con confianza,
y envíame serenamente al misterio.
Finalmente calma mi sed
con el agua de la Palabra
en silencio como Tú.
Quizás entonces, María,
el secreto del Hijo Crucificado
se me revelará
en su inmensidad sin fronteras
y caerán las imágenes y palabras
para hacer espacio solo al infinito.
Cardenal John Henry Newman