Niños y jóvenes con enfermedades terminales se convierten en cineastas con la ayuda de actores y directores famososHay muchos niños que sueñan con convertirse en directores de cine. Algunos podrán estudiar artes audiovisuales en la universidad, otros podrán tomar una cámara y aprender este arte empíricamente con los años, pero también hay algunos que difícilmente podrán cumplir su sueño, más por tiempo que por voluntad, porque tienen una enfermedad terminal.
Es aquí cuando la productora de cine norteamericana Tamika Lamison entra, literalmente, en acción. A sus 28 años recibió su primer gran cheque por la venta de un guión. El banco lo rebotó y asegura que en ese momento se dio cuenta que quizá era una especie de señal que debía hacer algo más por los demás y no sólo pensar en ella misma.
Fue entonces cuando decidió enseñarle a un grupo de niños (en esta etapa, sin ningún tipo de padecimiento) cómo hacer películas y le confesó a la revista PEOPLE que enseguida se conmovió viendo cómo estos jóvenes se enamoraban del séptimo arte y la posibilidad de compartir sus historias de una forma artística. Lamison se reencontró con la pureza y esencia del cine, algo que muchas veces se pierde por la presión de ser rentable en taquilla.
En 2005 trabajó de cerca con la fundación Make a Wish (Pide un deseo), que ayuda a la realización de un último sueño de niños con enfermedades terminales, y surgió una nueva idea.
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A Tamika se le ocurrió combinar su amor por el cine y la linda labor de esta fundación para crear Make a Film Foundation (Haz una película), una organización sin fines de lucro que conecta a famosos actores y directores de cine de Hollywood con niños y jóvenes con enfermedades terminales para ayudarlos a escribir o dirigir su propia película.
El Dr. Steve Pantilat, director del centro de cuidados paliativos de la Universidad de California, afirma que estos proyectos mejoran la calidad de vida del paciente, ya que a diferencia de su enfermedad, es algo que pueden controlar y también les ofrece distracción. El ocupar su mente con proyectos que los motive y el recuerdo de su realización, incluso puede llegar a disminuir algunos síntomas físicos y hacer menos difíciles esos últimos días.
Asimismo, asegura que una de las cosas que piensa la gente cuando se acerca el final de su vida es en el legado que van a dejar y una película es una gran herramienta para hacerlo.
Johnny Depp, J.K. Simmons, James Van Der Beek y Laura Dern son algunas de las personalidades de Hollywood que se han sumado a esta iniciativa.
En la mayoría de los films los jóvenes hablan de su enfermedad y aprovechan para expresar lo que sienten. Por ejemplo, cuando Clay Beabout tenía 11 años (ahora tiene 20 y es el único chico de la fundación que ha sobrevivido a su enfermedad), hizo un corto animado donde representaba a su enfermedad como un terrible monstruo llamado Lord Vater al que había que derrotar.
Sin embargo, otros chicos aprovechan para salirse por completo de su situación y crear todo un nuevo mundo imaginario, como fue el caso de Anthony Conti, que prefirió hacer una película de zombies.
Sin duda, la labor de Tamika Lamison nos hace reflexionar sobre cómo podemos usar nuestros conocimientos para ayudar o hacer realidad los sueños de otras personas, sobre todo cuando están atravesando por los momentos más difíciles de sus vidas.