El debate sobre negligencia médica se reabre en el país sudamericano tras el caso del pequeño Sebastián y la extirpación de su riñón sano La vida de Sebastián, un pequeño niño boliviano de tres años, y la de su familia cambió por complejo desde el pasado 14 de julio cuando enfermó debido a la detección de un cáncer de riñón. Sin embargo, luego del 5 de septiembre su situación dio un giro inesperado, pues le extirparon el riñón sano en lugar del enfermo. Su caso conmueve a Bolivia y por estas horas la negligencia médica se instaló como tema de debate.
Mientras Sebastián permanece internado con delicado estado de salud y atendido por especialistas de un hospital local –en momentos donde se prosigue investigando el caso y hasta se evalúa la necesidad de un trasplante-, la fe de la familia se transformó en el principal motor de esperanza.
Daniela Poquiviquí, una ama de casa de 25 años, y su esposo Ever Justiniano, albañil, ven como por estas horas la función renal de su hijo depende de la máquina encargada de hacer hemodiálisis. Pero también insisten en que por estas horas Sebastián “está en las manos de Dios”.
La madre de Daniela y abuela de Sebastián, Carmen, que en las últimas horas acudió al santuario de la Virgen de Cotoca para pedir tanto por su hija como por su nieto, reproduce el testimonio recogido por El Deber, medio que por estas horas cuenta el drama y la fe de esta familia. Fue ahí donde compró una estampita con la imagen de la Virgen de Guadalupe. Es que cuando el pequeño Sebastián estaba recibiendo quimioterapia en el hospital Oncológico alguien le regaló un cuadro con la imagen.
“Mamá, poneme aquí a la Virgencita (debajo de la almohada), porque ella me está cuidando”, decía el niño, cuenta la abuela. “Esa es la que me pidió él”, replicó Daniela.
“Antes de internarse para la operación, él quiso entrar a sacarse fotos en la capillita del Oncológico, donde hay una imagen grande de la Virgen, y no quería salir de allí”, agrega.
“Rezo por mi hijo, entro (a la sala) y lo veo y (digo) lo que Dios quiera con él”, sentencia.
Junto a ella, al igual que su abuela, son muchos por estas horas quienes se han visto sacudidos por este caso, una clara invitación a también unirse en oración por la salud de este pequeño.
Negligencia médica, tema de debate
El caso de Sebastián ha generado la negligencia médica se volviera a instalar en Bolivia como tema de debate público a través de los medios de comunicación. Entre las principales demandas se encuentra la necesidad de regular la práctica médica y sancionar los casos en que exista negligencia, indica La Razón.
Para ello en 2017 había sido aprobado en la Asamblea Plurinacional un nuevo código penal en el que quedaba contemplado el tema de la mala praxis y negligencia médica. No obstante, esto no fue firmado por el presidente Evo Morales debido a una huelga médica que adquirió algunas características extraordinarias.
“Este tipo de casos, que lamentablemente se repiten, son los que justificaban la necesidad de un Código del Sistema Penal que establezca de mejor manera un manto de protección para el paciente”, dijo el ministro de Justicia, Héctor Arce, citado por la estatal Agencia Boliviana de Información (ABI), reproduce Sputnik.
De manera similar se expresó el ministro de Salud, Rodolfo Rocabado, en el programa el Pueblo es Noticia que se emite por Bolivia Tv, recuerda La Razón.
“Tal vez sería bueno retomar el tema e ir trabajando en que tengamos alguna normativa que nos permita mejorar estos aspectos que la verdad son preocupantes, tanto para los profesionales como también para la población que se ve afectada”, expresó.
Por estas horas las revelaciones del caso continúan con la entrega de resultados de la auditoría médica y todo lo referente a la responsabilidad del médico que ha generado esta situación.
Pero mientras todo esto sucede, y el tema es motivo de conversación en Bolivia, ahí está el pequeño Sebastián, conectado a una máquina de diálisis y aferrado a una imagen de la Virgen de Guadalupe, la madrecita que no deja de cuidarlo ni un solo segundo.
Con información en base a El Deber, La Razón, Sputnik y ABI