Las claves quizás se encuentren dentro de los anillos de los árbolesA mediados del segundo milenio antes de Cristo, entre 1650 y 1500 a.C., se produjo una devastadora erupción volcánica que arrasó la isla mediterránea de Thera (ahora llamada Santorini) y lanzó rocas volcánicas que llegaron hasta Groenlandia. Fue una de las mayores erupciones volcánicas registradas en la historia de la Tierra; sin embargo, los registros no son lo suficientemente extensos como para que los científicos puedan datarlo con certeza.
La naturaleza críptica de la erupción de Thera ha dado lugar a muchas teorías sobre el tema, desde la causa de la caída de la legendaria sociedad de la Atlántida, hasta una explicación de las plagas que cayeron sobre los egipcios en el Éxodo e incluso la separación del mar Rojo. Aunque estas teorías no han sido probadas, se ha sugerido durante mucho tiempo que una datación precisa de la erupción de Thera podría solidificar otras fechas “flotantes”, o inatribuibles, de las regiones circundantes.
En un artículo publicado en la revista Science Advances titulado “Annual radiocarbon record indicates 16th century BCE date for the Thera eruption” [Registro de radiocarbono de anillos anuales señala al siglo XVI AEC como fecha de la erupción de Thera], un equipo dirigido por la dendrocronóloga (o experta en anillos de árboles), la doctora Charlotte Pearson, intentó refinar el proceso de datación con carbono 14. Actualmente, el proceso solo puede datar las muestras con un intervalo de décadas, pero Pearson espera que este nuevo método pueda datar las muestras hasta un año específico.
“Lo que estamos intentando hacer es ser parte de la comprensión global de que es momento de mejorar el método de calibración de radiocarbono. Porque ahora la tecnología puede medir el radiocarbono en cada anillo de árbol y estamos sacando un tesoro de la caja, en este caso, el carbono 14, viendo cómo se puede aplicar para mejorar la forma en que datamos materiales en el Mediterráneo (…) y en cualquier parte del mundo”, explicó Pearson en un video sobre su proyecto.
El nuevo proceso consistiría en contrastar muestras de moléculas de radiocarbono 14 de los anillos de los árboles con muestras de piedra pómez arrojadas por Thera. La esperanza es que los anillos de los árboles reflejen un cataclismo de esta dimensión, tras lo cual se podría determinar con mayor precisión cuándo ocurrió el evento.
Según continuó explicando Pearson:
“Podemos usar la precisión anual de los anillos de los árboles en combinación con el carbono 14 para sustentar algunas grandes preguntas en términos del auge y caída de las civilizaciones. Podemos considerar los anillos de los árboles como una línea cronológica y conectar con personas que vivieron en el pasado y creo que eso nos da una idea más clara de quiénes somos, pero también un sentido de hacia dónde vamos y quizás formas de abordar algunos de los problemas que podríamos enfrentar de forma colectiva”.
El periódico The Times of Israel señala que es probable que este nuevo método de datación por C-14 influya también en otras culturas. Un ejemplo de esto se ve en la datación del Egipto faraónico, donde es posible que se registrara la erupción de Thera. La profesora asociada de arqueología egipcia Nadine Moeller hace referencia a lecturas recientes de inscripciones egipcias antiguas documentadas por el faraón Amosis en la Estela de la Tempestad, que describe un evento climático catastrófico importante que incluye explosiones fuertes, terremotos y oscuridad.
Moeller sugiere que es prudente considerar la posibilidad de que los registros egipcios de la Estela de la Tempestad fueran un relato involuntario de la erupción de Thera. El gobierno del faraón Amosis marcó el comienzo de la 18.ª dinastía. El artículo de Pearson, sin embargo, señala que mientras que se considera que la 18.ª dinastía comenzó entre 1550 y 1500 a.C., la prueba de radiocarbono tomada de un árbol enterrado en ceniza volcánica en Santorini indica que la erupción fue entre 1621 y 1605 a.C.
En cuanto a de qué modo Thera pudo influir en el Éxodo, The Times of Israel explica:
En general, las teorías afirman que Thera provocó maremotos que podrían haber causado la separación de los mares (la ubicación está sujeta a cambios dependiendo del investigador). Además, pudo haber provocado una columna de fuego en el cielo visible hasta Egipto.
Otros efectos ambientales de la erupción de Thera también pudieron haber causado “algunos episodios climáticos importantes en todo el hemisferio” que podrían relacionarse con las plagas, escribió el dendocronólogo Sturt Manning de la Universidad de Cornell en un correo electrónico en el que describía las teorías más populares. Algunos científicos relacionan la datación con los israelitas de Jericó, basándose en la datación por radiocarbono de la destrucción de la ciudad.
Cuando se le preguntó si su estudio tiene alguna implicación en la datación de las raíces de la historia bíblica del Éxodo, Pearson respondió: “Todo lo que puedo decir es que el trabajo continuo para mejorar los marcos cronológicos es esencial para el estudio de las civilizaciones pasadas”.
El doctor Mark Harris de la Universidad de Edimburgo considera que la teoría de que la erupción de Thera influyó en los acontecimientos del Éxodo va más allá de un excelente ejercicio de la imaginación. Afirmó que, aunque entiende el impulso de aspirar a un significado de tal calibre, él no cree que fuera así.
“Las teorías de Thera nos dan ‘lecturas científicas’. Desafían o inspiran la imaginación sin requerir necesariamente un compromiso histórico firme de que esto es lo que realmente ocurrió”, dijo Harris. “Hay una fascinación con la Biblia en la imaginación popular y hay una fascinación con la ciencia y, cuando los dos se juntan, literalmente obtienes una combinación explosiva”.
Si bien es posible que nunca sepamos con certeza si la intensidad de la explosión de Thera influyera en el Éxodo, tal vez sea solo cuestión de tiempo antes de que nuestros procesos científicos de datación se refinen hasta el punto de obtener todas las respuestas.