El nombre de Serra será eliminado de un dormitorio y un edificio académicoNo es la primera vez que una institución de California (Estados Unidos) quiere echar fuera la figura, el nombre, la presencia del misionero evangelizador y civilizador de la Alta California (siglo XVIII), el mallorquín San Junípero Serra.
Ahora toca el turno a la célebre –académicamente hablando–Universidad de Stanford. Sus directivos planean despojar algunas referencias de San Junípero, sin importar demasiado que las misiones de California y su desarrollo cuando todavía era parte de la Nueva España (México) fueran fruto de su celo misionero.
El “pecado” que cometió San Junípero, y que ya ha sido causa de que retiren sus esculturas o las agredan físicamente en California, es que ahí estableció el sistema misionero católico del que los críticos ahora lo culpan “por diezmar comunidades nativas americanas” e “imponerles un credo” diferente al suyo, usando la violencia.
Por lo pronto, y según informa el periódico Los Ángeles Times, el nombre de Serra será eliminado de un dormitorio y un edificio académico, ambos ahora llamados Serra House, y de Serra Mall, una de las características más destacadas y reconocibles del campus, anunció la Universidad el pasado jueves 13 de septiembre.
El presidente de Stanford, Marc Tessier-Lavigne, junto con la mesa directiva buscarán la aprobación de las agencias locales y federales para cambiar el nombre de Serra Mall por el de Jane Stanford, quien, junto con su esposo Leland, fundó la Universidad.
En este sentido, Tessier-Lavigne defendió a Jane Stanford bajo el argumento que fue ella el motor principal de la existencia de la Universidad y que, actualmente, no existe ninguna mención a su nombre, como la que tiene San Junípero.
Un defensor de la dignidad de los nativos al que le achacan todo
Los argumentos del comité que quiere borrar las huellas de San Junípero en Stanford es que el sistema de misión creado por él, “maltrataba a los nativos americanos de California”, además que se apoyaba en el trabajo forzoso de los nativos y era apoyado por las tropas españolas guarnecidas cerca de algunas misiones, quienes fueron culpadas de propagar la sífilis y otras enfermedades que devastaron a las comunidades locales.
En la canonización del fraile franciscano, el Papa Francisco recordó que Fray Junípero supo vivir “la alegría del Evangelio” dejando atrás “su tierra, sus costumbres, se animó a abrir caminos, supo salir al encuentro de tantos, aprendiendo a respetar sus costumbres y peculiaridades”, cosa que los directivos de Stanford no están en disposición de creer.
Como tampoco creen que San Junípero “aprendió a gestar y a acompañar la vida de Dios en los rostros de los que iba encontrando haciéndolos sus hermanos”. Y mucho menos que “Junípero buscó defender la dignidad de la comunidad nativa, protegiéndola de cuantos la habían abusado. Abusos que hoy nos siguen provocando desagrado, especialmente por el dolor que causan en la vida de tantos”.
La canonización de Fray Junípero fue el 23 de septiembre de 2015 en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, en el corazón de Washington, capital de Estados Unidos. Y desde ese día, la andanada en contra del fraile nacido en Petra (Mallorca) el 24 de noviembre de 1713 y muerto en la Misión de San Carlos Borromeo el 28 de agosto de 1784, no ha cesado.