Viaje apostólico a Letonia: Encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el Cuerpo Diplomático“La celebración del centenario recuerda la importancia de seguir apostando por la libertad y la independencia de Letonia, que ciertamente son un don, pero también una tarea que implica a todos”, expresó el papa Francisco este 24 de septiembre de 2018 en el Salón Blanco, el Palacio Presidencia de Letonia, país donde los católicos alcanzan el 20%.
Letonia se independizó en1991, después de la disolución de la Unión Soviética, actualmente forma parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), desde 2004 de la Unión Europea (UE) y de la OTAN, y desde 2016 es miembro de la OCDE.
“Trabajar por la libertad es comprometerse por un desarrollo integral e integrador de las personas y de la comunidad. Si hoy se puede hacer fiesta es gracias a tantos que han abierto caminos, puertas, futuro, y les han dejado en herencia la misma responsabilidad: abrir futuro poniendo la mirada en que todo esté al servicio de la vida, generando vida”, expresó.
Francisco prosiguió su 25 viaje apostólico a los Países Bálticos. En la segunda etapa del itinerario, el presidente de Lituania, Raimonds Vejonis recibió al Obispo de Roma en una ceremonia de bienvenida en el Palacio Presidencial de Riga y por dos niños vestidos con los trajes típicos letones, que han regalado al Papa unas flores.
“Demuestra ser madre”, es el lema del viaje apostólico del Papa Francisco, luego de que Inocencio III proclamara oficialmente la identidad ‘mariana’ del país. Se estima que en Letonia hay 413.000 católicos, y 263 parroquias.
En Letonia el Papa exhortó a que el Estado promueva estrategias que “sean realmente eficaces y estén más centradas en los rostros concretos de estas familias, ancianos, niños y jóvenes, que en el primado de la economía sobre la vida”.
Actualmente, la nación atraviesa un grave problema de migración, tras perder un 17 por ciento de su población (especialmente jóvenes) debido a la la situación económica y la alta tasa de desempleo del país.
Por ello, el Papa sostuvo que “la “maternidad” de Letonia se manifiesta también en la capacidad de generar fuentes de trabajo para que nadie necesite desarraigarse por construir su futuro. El índice de desarrollo humano también se mide por la capacidad de crecer y multiplicarse”.
Francisco insistió en una visión más humanista de la economía y el desarrollo de los pueblos:
“El desarrollo de las comunidades no se produce únicamente, y menos se mide, por la capacidad de bienes o recursos que se posean, sino por las ganas que se tenga de engendrar vida y crear futuro. Esto solo es posible en la medida que haya arraigo en el pasado, creatividad en el presente y confianza y esperanza en el mañana”.
Al finalizar este encuentro, el Papa se trasladó hacia el Monumento de la Libertad donde estuvieron presentes niños, jóvenes y familias. Allí hizo una ofrenda floral.
Sucesivamente, el Papa se trasladó al encuentro ecuménico en la evangélica luterana de Riga.
Francisco siguió los pasos de su predecesor, Juan Pablo II que visitó Letonia en 1993.
