El 1 de octubre, se fijará, por Determinación Presidencial, el número de refugiados permitidos en 30.000 personas, y la Iglesia protesta En 2019, Estados Unidos recibirá al menor número de refugiados desde que en 1980 se creó el programa para admisiones de refugiados, un programa que ha dado esperanza de vida a miles de familias perseguidas en el mundo.
El balde de agua fría cayó cuando el Secretario de Estado de Estados Unidos, Michael Pompeo, anunció que la Administración el próximo año fiscal, que comienza el 1 de octubre, va a fijar, por Determinación Presidencial, el número de refugiados permitidos en 30.000 personas.
Una esperanza que cae
El Programa de Admisiones de Refugiados de Estados Unidos (en inglés United States Refugee Admissions Program, USRAP) es un consorcio de agencias federales y organizaciones no gubernamentales que trabajan juntas, tanto en el extranjero como en territorio nacional, para identificar y admitir refugiados cualificados para su traslado a los Estados Unidos.
Como programa, el USRAP es responsable de algunos de los esfuerzos humanitarios que los Estados Unidos emprenden para asistir a familias que tienen que salir de sus lugares de origen por razones de violencia, persecución y violación de sus derechos.
Cada año, el programa “les da la bienvenida a miles de refugiados a los Estados Unidos” y una “oportunidad de construir una vida mejor”. Según la Secretaría que encabeza Pompeo, el programa de traslado de refugiados está basado en las aspiraciones de los Estados Unidos, es decir, “compasión, generosidad, y liderazgo”. Sin embargo, estos tres valores estar disminuyendo.
La Iglesia protesta
Monseñor Joe S. Vásquez, obispo de Austin, Texas, y Presidente del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos emitió un comunicando deplorando el anuncio de la Determinación Presidencial y calificándola como “profundamente inquietante” puesto que “deja muchas vidas humanas en peligro”.
Para el obispo Vásquez, cortar la protección para muchos que huyen de la persecución, en un momento sin precedentes de necesidad humanitaria mundial, “contradice lo que somos nosotros como nación”.
Y recalca en su comunicado que ofrecer refugio a aquellos que huyen de la violencia, la tortura y la persecución religiosa, “es una piedra angular” de la historia de Estados Unidos, una nación, según el prelado, bendecida “con abundantes recursos, lo que nos ha hecho capaces de dar la bienvenida a aquellos que huyen”.
Retomar el camino
Ciertamente, Estados Unidos es el país que ha admitido mayor número de refugiados en todo el mundo. Desde 1980 hasta la fecha, cerca de tres millones de personas han podido rehacer su vida en la Unión Americana. Sin embargo, “cerrar nuestras puertas a quienes buscan tal seguridad no es lo que somos como pueblo”, objeta en su comunicado el obispo de Austin.
Cabe resaltar que en los próximos días, el Congreso de Estados Unidos realizará un proceso de consulta formal con la Administración que encabeza el presidente Trump, proceso que exige la ley para acatar u oponerse a la Determinación Presidencial anunciada por Pompeo.
“Durante este proceso obligatorio de consulta, el Congreso debería urgir firmemente a la Administración a retornar al nivel de admisiones de refugiados que es consistente con la respuesta y respaldo de la comunidad local a los refugiados, las necesidades de protección global de refugiados y una larga historia de recibir compasivamente a los refugiados”, terminó diciendo en su comunicado el obispo Vázquez.
Medidas extremas
Con este anuncio, que ha sido duramente criticado por sectores del Partido Demócrata, disminuye drásticamente el número de refugiados en Estados Unidos desde su creación en 1980, y representa una reducción de un tercio del límite de 45.000 personas que ya había establecido Trump para 2018.
“Algunos caracterizarán el techo de refugiados como el barómetro completo del compromiso de Estados Unidos con las personas vulnerables de todo el mundo”, dijo Pompeo al comunicar la noticia a los medios en la Sala de Tratados del Departamento de Estado. “Esto sería incorrecto”, agregó.
Según el responsable de la política exterior de Estados Unidos “el techo de refugiados de este año refleja el aumento sustancial en el número de personas que solicitan asilo en nuestro país, lo que contribuye a una acumulación masiva de casos pendientes de asilo y un mayor gasto público”.
En otras palabras, la Determinación Presidencial tendría que ver con un ahorro en el presupuesto y no con una cuestión de carácter humanitario. Es lo que el Congreso tendrá que dilucidar. Y lo que la Iglesia católica ha pedido con absoluta determinación: que prive lo humano sobre las finanzas.
