En Tallin, encuentro con los asistidos por las obras de caridad de la Iglesia en la Catedral de San Pedro y San Pablo “Donde hay niños y jóvenes, hay mucho sacrificio, pero sobre todo hay futuro, alegría y esperanza”, dijo el papa Francisco a una madre de 9 hijos, 40 años, con un marido que estuvo en cárcel por tres años y que durante un periodo “oscuro” recibió ayuda de las Hermanas Misioneras de la Caridad. Lo hizo durante el encuentro con los asistidos por las obras de caridad de la Iglesia en la Catedral de San Pedro y San Pablo en Tallin, Estonia, en la ultima etapa de su viaje apostolico a los Países Bálticos.
“Tu dijiste que eran como ángeles (Hermanas Misioneras de la Caridad), que venían a visitarte. Es así, son ángeles”, dijo el Papa de las religiosas en Estonia, país donde los católicos son una minoría y ellas testigos de una ‘iglesia madre’ y en salida en la acogida de todos los necesitados ‘sin proselitismo’ ayudando a los pobres sin distinción.
“Habéis sido bendecidos con nueve hijos, con todo el sacrificio que eso significa, como bien lo has señalado. Donde hay niños y jóvenes, hay mucho sacrificio, pero sobre todo hay futuro, alegría y esperanza. Por eso es reconfortante escucharte decir: “Damos gracias al Señor por la comunión y el amor que reina en nuestra casa”, dijo el Pontífice.
“En esta tierra – continuó- , donde los inviernos son crudos, a vosotros no os falta el calor más importante, el del hogar, ese que nace de estar en familia. ¿Con discusiones y problemas? Sí, pero con ganas de salir adelante juntos. No son palabras bonitas, sino un claro ejemplo”, agregó.
El Pontífice escuchó los testimonios de los asistentes de las Obras de Caridad de la Iglesia En Estonia. Y sostuvo: “Cuando la fe no tiene miedo de dejar la comodidad, de ponerse en juego y se anima a salir, logra transparentar las palabras más hermosas del Maestro: «Que os améis unos a otros; como yo os he amado» (Jn 13,34).
“Amor que rompe las cadenas que nos aíslan y separan, tendiendo puentes; amor que nos permite construir una gran familia donde todos podamos sentirnos en casa, como sucede en este hogar. Amor que sabe de compasión y de dignidad”, agregó.
En otro momento, en la tarde de hoy el papa Francisco visitó el Convento de las Hermanas Brigidine en Pirita y almorzó con ellas.
Antes de despedirse, el Papa ha posado en una foto de grupo con las Hermanas del Convento, ha dado un regalo para la casa y finalmente, junto con las religiosas, fue a la entrada del Convento y plantó un árbol.