Habita en las faldas del Auyantepui, en la amazonía venezolana, una montaña tan extensa como Menorca con sus 700 kilómetros cuadrados
Allí habitan los pemones, unos indígenas que a partir del siglo XV heredaron de los Caciques Caribes el caminar rápido y la creencia ciega por los dioses de la naturaleza. Allí llegó, en 1927, un explorador y marino catalán, capitán de la marina mercante española, Félix Cardona, quien convivió con los indios del Valle de Kamarata. Fue el primer hombre blanco que llegó para convivir con los abuelos de la actual comunidad.
Cardona se los ganó, no era fácil vencer la natural desconfianza de los naturales del lugar. Les enseñó a escuchar un aparato totalmente novedoso para ellos, casi mágico: la radio. Los pemones caminaban kilómetros para escucharla. Se imaginaban que habían hombres muy pequeños metidos en la caja y eran ellos quienes les hablaban.
Cardona diseñó la cartografía de la región y clasificó más de 30 especies de flora y fauna. Los indígenas aún lo recuerdan. Y saben que, a pesar de que el Salto Angel, la caída de agua más alta del mundo (975 metros) llamada así en honor al aviador estadounidense Jimmy Ángel que en 1937 estrelló su avioneta “Flamingo” en el Auyantepui -la montaña desde la que desciende la cascada- el salto fue descubierto en realidad por el explorador catalán.
Pero el Parque Nacional Canaima donde esta imponente cascada se encuentra, dueño de una impresionante diversidad biológica, una de las plazas turísticas o ecoturisticas más codiciadas del orbe, debe su nombre a un ser muy maligno y temido que representa todos los padeceres de los que habitaron esta región.
Kanaima o Canaima, en voz de la etnia indígena Pemon -amerindios del grupo Caribe que habitan la zona- para los Arekunas surgió como venganza por el comportamieno cruel que ellos tuvieron con sus antecesores los Indios Caribe; para otros nativos locales el nombre deriva de unos seres espirituales que existen en este mundo del presente y que a través de la magia han introducido discordia, engaño y enfermedades para el hombre y, finalmente, la muerte .
Kanaima o Canaima significa para los pemones, el principio de todo mal y ese significado es curioso, pues dista mucho de ser eso ya que contrasta con la inmensidad y belleza de sus paisajes. Un escenario de tal hermosura que un “ángel” escogió habitar sus anchos horizontes.