En torno al 31 de octubre, los católicos europeos tenían una tradición por la que los niños iban visitando casas pidiendo regalosAunque la tradición moderna estadounidense del “truco o trato” (trick or treat) se centra en dar dulces a los niños sin motivo aparente, lo cierto es que está basada en una tradición más antigua de los católicos europeos.
El 2 de noviembre se conoce en la Iglesia católica como Conmemoración de los Fieles Difuntos o Día de los Difuntos y es costumbre dedicarlo a rezar por las almas en el purgatorio. Este día, los católicos rezan por sus familiares y difuntos y a menudo visitan los cementerios para recordar a quienes ya no están en este mundo.
Con esta celebración surgieron muchas tradiciones locales que, tras la llegada y establecimiento de inmigrantes a Estados Unidos, se mezclaron con las festividades de All Hallows’ Eve o “víspera de Todos los Santos”, la noche anterior al 1 de noviembre, Día de Todos los Santos.
En varias culturas de Europa se desarrolló una tradición de elaborar dulces en honor de los fieles difuntos, “soul cakes” o “dulces del alma” (en España, por ejemplo, hay tortas del alma, huesos de santo…). Estos dulces se preparaban la víspera de Todos los Santos, en All Hallows’ Eve (31 de octubre) y los niños salían el Día de Todos los Santos y el Día de los Difuntos llamando puerta por puerta pidiendo estos pasteles a cambio de oraciones por familiares y amigos difuntos.
Con el tiempo, esta tradición se transformó en Estados Unidos añadiendo otras costumbres y, una vez los fabricantes de golosinas se percataron de la oportunidad, monetizaron la festividad y se desarrolló hasta lo que es hoy.
Como en tantos otros casos, los orígenes religiosos se han transformado en algo bastante diferente y ahora el “truco o trato” carece totalmente del aspecto de oración por los difuntos.