Cantando el himno nacional de Honduras y hasta rezando los migrantes hondureños prosiguen la marcha. La caravana de migrantes hondureños –una verdadera marea humana que va creciendo conforme camina hacia el norte– ha reanudado ayer su viaje cruzando territorio guatemalteco, desde el enclave de Chiquimula hacia el siguiente punto de su peregrinaje: Zacapa. Les quedan más de 2.500 kilómetros por delante.
Un tema político en Estados Unidos
Tres semanas antes de las elecciones intermedias en Estados Unidos, el presidente de este país, Donald Trump, ha vuelto a decir que si los migrantes no se vuelven a Honduras, cortará la ayuda que da su Gobierno a los países centroamericanos que no los detengan en su camino.
El presidente de Estados Unidos dejó en claro que cualquier persona que ingrese ilegalmente al país será arrestada y deportada. En su campaña por lograr la mayoría republicana en el Congreso, Trump instó a los miembros de su partido político a apoyarlo para velar por la seguridad de la frontera.
“Es difícil creer que, con miles de personas en el sur de la frontera, caminando sin obstáculos hacia nuestro país en forma de grandes caravanas, los demócratas no aprueben leyes que permitan la protección de nuestro país. ¡Gran tema de mitad de período para los republicanos!”, dijo Trump en un tweet de la mañana de ayer miércoles.
Hard to believe that with thousands of people from South of the Border, walking unimpeded toward our country in the form of large Caravans, that the Democrats won’t approve legislation that will allow laws for the protection of our country. Great Midterm issue for Republicans!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 17, 2018
Este jueves se volvió a pronunciar al respecto:
….The assault on our country at our Southern Border, including the Criminal elements and DRUGS pouring in, is far more important to me, as President, than Trade or the USMCA. Hopefully Mexico will stop this onslaught at their Northern Border. All Democrats fault for weak laws!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 18, 2018
No cesarán de marchar
Entrevistados en el camino, bajo una leve llovizna, los migrantes hondureños han dicho que conocen las amenazas del presidente de Estados Unidos hacia ellos y hacia los países por los que van pasando, pero han recalcado que no detendrán su paso.
Y han señalado, también, al presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, como el principal responsable de las condiciones de inestabilidad que privan en su país.
Hernández –a quien los hondureños llaman solo “Juan Orlando”—había acusado a grupos políticos anónimos de organizar la caravana con mentiras y para desestabilizar su Gobierno y al país centroamericano. “Hay sectores que quieren desestabilizar el país, pero seremos decisivos y no lo permitiremos”, dijo Hernández a los periodistas el martes pasado.
Por su parte, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos pidió a Honduras, Guatemala y México que respeten los derechos y garanticen la seguridad de los migrantes que viajan en la caravana.
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Tenemos derecho a emigrar
En tanto, el Gobierno mexicano, a través de un comunicado de las secretarías de Relaciones Exteriores y Gobernación, indicó que cualquier persona en la caravana con documentos de viaje y una visa adecuada podrá ingresar, y cualquier persona que quiera solicitar el estatus de refugiado podrá hacerlo.
Sin embargo, el comunicado conjunto subrayó que todos los casos deberán procesarse individualmente, lo que sugiere que las autoridades mexicanas no tienen la intención de permitir que los migrantes simplemente crucen la frontera en masa sin pasar por los procedimientos estándar de inmigración. Si ingresan a México de manera irregular, serán detenidos y deportados.
Cantando el himno nacional de Honduras, rezando y, a veces, cantando consignas como “Sí, si puede” y “Honduras te amamos”, los migrantes no pararon a pesar de que las autoridades guatemaltecas habían anunciado que no permitirían su entrada en el país.
“Tenemos el derecho (de emigrar)”, dicen a quien quiera oírles. Y agregan, como en un estribillo para sí mismos y para los más pequeños que los acompañan: “no somos delincuentes, somos migrantes”.
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