Un estudio revela una situación compleja en cuanto al acceso al agua potable en una zona emblemática de Lima, Perú, y que divide a ricos y pobres. A la hora de hablar de la desigualdad en América Latina, su imagen suele ser recurrente. Se trata del denominado “Muro de la Vergüenza” de Lima, Perú, una construcción que separa los asentamientos de San Juan de Miraflores del pudiente distrito de La Molina.
En los últimos este lugar -de unos 10 kilómetros de largo de concreto y con alambres púa- volvió a ser noticia luego que la organización chilena que hace énfasis en el tema de los asentamientos en varios países del continente, Techo, publicara un informe sobre una dura realidad: “el 90% de los peruanos que vive del lado pobre del muro no tiene agua”.
En ese sentido, según el informe, nueve de cada 10 asentamientos ubicados del lado más vulnerable del muro presenta en la actualidad serias dificultades para el acceso al agua potable y sistemas de desagües, da cuenta la agencia EFE.
“Son vulneraciones a los Derechos Humanos de las personas que allí residen”, enfatiza la directora del Centro de Investigación Social de Techo Internacional, María Jesús Silva, prosigue la agencia de noticias.
Para muchos, vivir del lado pobre de este muro, en una zona donde predominan las laderas montañosas, ha sido la única opción ante la falta de posibilidad de acceder a una vivienda digna. Sin embargo, la crisis también se hace más fuerte al momento de considerar lo que sucede con el tema del agua y todo lo que ello implica para la salud y el aseo.
A esto se le suma la falta de posibilidades para acceder a otros servicios básicos.
“Nos dicen que ellos lo hicieron por un tema de seguridad, para que no nos sigamos expandiendo. Pero la verdad es que todas las personas de acá somos trabajadoras, tenemos familias y no salimos a robar”, recuerda Danae Vidarte a través de un reportaje publicado en 2017 por Perú 21, al hacer referencia a los motivos para levantar un muro de esas características (cuya construcción comenzó en 1980) en esa zona de Lima.
Es por todo esto que, ante la ausencia de agua potable, que cada vez se profundiza más, el acceso suele darse través de intermediarios (“aguateros”) y a costos más elevados.
Te puede interesar:
En América Latina hay escasez de agua ¿Cómo es posible?
“Vergüenza…”
“Los asentamientos son una manifestación de la desigualdad en las ciudades donde vivimos”, reflexionó Silva.
“Es un error abordar la realidad de pobreza y asentamientos populares en forma aislada”, prosiguió.
“Es necesario proyectar la mirada a las prioridades de la ciudad donde residimos y cómo responden realmente las diferentes necesidades de la población”, agregó.
La propia organización que pone de manifiesto esta dura realidad, recuerda que América Latina es considerada la región más desigual del planeta, lugar en el que 104 millones de personas viven en asentamientos en situación de pobreza (ONU Hábitat). La palabra “vergüenza” queda un poco corta.
Te puede interesar:
¿Por qué no hay agua potable para todos en América Latina?