Querer orar por quienes se han ido y honrar su presencia en la Tierra son sentimientos y acciones que, sin importar la cultura que tengas, siempre unen
No tiene nada que ver con Halloween. En muchos países, los dos primeros días de noviembre se conmemora a los difuntos, pero no con tristeza, sino con felicidad por la vida que compartieron juntos y porque ahora están en un lugar mejor aunque se les extrañe.
Sin duda, México es el país que ha hecho más “famosa” esta fecha, ya que entre el 31 de diciembre y el 2 de noviembre hacen grandes fiestas coloridas, construyen altares a manera de ofrenda, se disfrazan de catrinas, preparan grandes comidas, bailan y cantan porque creen que en estos días sus familiares ya fallecidos regresan y hay que homenajearlos.
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Si bien los católicos sí diferenciamos el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos y el 2 como el de los Fieles Difuntos, a todos nos une la creencia que la muerte no es el final, sino mas bien el comienzo de la vida eterna.
Recuerda que, como dijo Santo Tomás Moro, “la tierra no tiene ninguna tristeza que el cielo no pueda curar”.