La ciencia muestra que el vínculo, la confianza y la intimidad tienen efectos directos en la calidad del encuentro sexualLas ideas negativas sobre el matrimonio existen y, naturalmente, se extienden a nuestras opiniones sobre la sexualidad. La idea popular de que los casados están menos satisfechos sexualmente está influenciada por juicios que poco tienen que ver con el sexo.
La investigadora y terapeuta de relaciones, Sarah Hunter Murray, con un doctorado en sexualidad humana y años de experiencia profesional, dice que siempre le desconcierta encontrar este tipo de falsas suposiciones sobre el sexo en el matrimonio: “Me deja bastante perpleja porque la mayoría de las personas hoy en día se casan con alguien de quien están profundamente enamorados, alguien que es su mejor amigo y con quien desean compartir su vida”.
Se piensa que el sexo en el matrimonio no es frecuente o apasionado como cuando uno es soltero. Sin embargo, estadísticamente hablando, ocurre lo contrario: las probabilidades de tener una mejor calidad en el encuentro sexual las ofrece la propuesta del matrimonio.
Las relaciones a largo plazo se asocian con la responsabilidad, el envejecimiento y otros conceptos “poco atractivos” como la crianza de los hijos que parecen no encajar con esta visión sobre la experiencia sexual frecuente y apasionada.
Sin embargo, la investigadora dice que es muy probable que el mejor sexo que una persona tenga en su vida sea con alguien a largo plazo. Muchos años juntos significa que habrá más oportunidades de encuentro y conocimiento mutuo. Además, “hay un crecimiento de nuestro conocimiento sexual sobre nosotros mismos y nuestras habilidades sexuales. Y eso es algo que puede ofrecer una relación a largo plazo”.
Por otro lado, la intimidad que ofrece la vida matrimonial juega un papel esencial en la calidad de la vida sexual de la pareja.
Los estudios demuestran que el afecto y la cercanía tienen efectos directos en el dormitorio. El sexo sin amor puede ser divertido y novedoso, pero también es probable que sea un poco incómodo, emocionalmente incierto y, a veces, lleno de arrepentimiento.
Para Hunter Murray el mayor vínculo, confianza e intimidad que acompaña al matrimonio, es el combustible que las parejas necesitan para sentirse seguras, experimentar y hablar más abiertamente sobre sus gustos sexuales con la persona que aman y se sienten amadas.
La investigadora explica que es un error común pensar que estar demasiado familiarizados con nuestro cónyuge, podría reducir el deseo. Lo que sí podría suceder es que la pasión se apague, pero no por conocerse demasiado sino precisamente por estar menos comunicados.
Ante la falta de pasión las parejas suelen preguntarse si deberían plantearse continuar estando juntos, pero lo que a menudo esto realmente significa es que necesitan hablar más sobre sus gustos sexuales y concretar una cita.
Lejos de las creencias en torno a los beneficios de las relaciones casuales, la terapetua dice que “aquellos que se toman el tiempo y ponen su esfuerzo para planificar el encuentro de intimidad, tienen mejor sexo que aquellos que no lo hacen”.