En Aix-en-Provence, Francia, un centenar de oratorios adornan las esquinas de calles y fachadas dedicadas a la Virgen o a santos protectores. Aleteia os invita a descubrirlos siguiendo un paseo guiado por el fotógrafo local Guy Liégeois, un apasionado de la historia de estas hornacinas destinadas a proteger discretamente a los habitantes y a los muchos viajeros que cruzan las calles casualmenteCon Lyon, Aix-en-Provence es probablemente una de las ciudades con más oratorios de Francia.
Nada menos que 92, construidos para servir de lugar de oración a partir de finales de la Edad Media y que se multiplicaron durante los siglos XVII y XVIII. De la palabra latina ‘orare’, que significa rezar, los oratorios invitan a los transeúntes al recogimiento. Vulnerables y frágiles, a menudo dañados por las inclemencias de la intemperie o la indiferencia de las personas, fueron erigidos para proteger a los habitantes de la ciudad.
Se dedicaron a la Virgen o a algún santo para proteger a los habitantes de epidemias, de la peste o incluso de la sequía. A menudo, se construían también para dar gracias por una curación. O incluso después de que un pueblo o un barrio se librara de las plagas que asolaban Europa.
La mayoría de los oratorios de Aix-en-Provence están consagrados a la Virgen. Las advocaciones varían según los lugares o los favores esperados u obtenidos: Nuestra Señora de la Gracia, Nuestra Señora de la Esperanza, Nuestra Señora de la Sede, del Buen Consejo o incluso la Inmaculada Concepción… Muchísimos testimonios de la gran importancia del culto mariano, reforzado durante la Contrarreforma.
Cristo y los santos también están representados. En primer lugar, san Roque, protector contra las epidemias. Entre los otros santos que figuran en Aix-en-Provence, destacamos a san Honorato, autor de un milagro en esta localidad, a san Miguel luchando contra el dragón, a Santiago patrón de los viajeros, a san Benito fundador de la Orden benedictina y de la regla monástica, a san Antonio de Padua, monje franciscano y, por supuesto, a san José.
Hornacinas de esquina o de fachada
Aunque hay una gran diversidad de oratorios según las regiones, en Aix-en-Provence se presentan en forma de nichos u hornacinas de esquina o de fachada. Colocadas en los lugares más visibles, estas hornacinas con frecuencia están coronadas con lámparas que las iluminan de noche. Algunos oratorios están ricamente decorados, otros son más sobrios, pero todos recuerdan las diferentes épocas de la arquitectura y del arte de Aix. Cuentan la historia de la ciudad, el fervor religioso, los temores y esperanzas de los habitantes a lo largo del tiempo.