Ayuda a la Iglesia Necesitada denuncia la indiferencia de gobiernos y medios de comunicación occidentalesComo cada dos años, Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN Internacional) ha presentado el Informe sobre el estado que guarda la Libertad Religiosa en el Mundo. Esta singular e importante Fundación Pontificia de la Iglesia Católica, con base en la ciudad de Königstein (Alemania) viene cumpliendo la labor de “arrojar luz sobre la naturaleza y la gravedad de las vulneraciones de la libertad religiosa”, a partir de cuatro parámetros de juicio: intolerancia, discriminación, persecución y genocidio. Todo por tener o practicar una creencia diferente a la “oficial”.
Basándose en el Artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, mismo que a la letra señala: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión” y que este derecho “incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”, ACN ha realizado, para este 2018, un levantamiento riguroso de la libertad religiosa en 196 países, tres países más de los que, en 2018, conforman la Organización de las Naciones Unidas.
Así las cosas, en el período estudiado por los diferentes investigadores asociados a ACN Internacional (de de junio de 2016 a junio de 2018, ambos incluidos), la situación de los grupos religiosos minoritarios, quizá la más delicada de todas, se ha deteriorado en 18 de los 38 países en los que se han registrado “violaciones graves de la libertad religiosa”. Por ejemplo, en China e India, los dos países más poblados del planeta, “se ha notado una importante decadencia” en este renglón. En muchos otros países, como Arabia Saudí, Corea del Norte, Eritrea y Yemen, la situación ya era tan mala que “apenas podría ser posible que empeorara”.
El Informe de ACN Internacional recalca un hecho que mueve a preocupación: el agravamiento de la intolerancia contra las minorías religiosas ha supuesto que dos países, Rusia y Kirguistán, se hayan incluido por primera vez en la categoría de “discriminación”. Y, en términos generales, comparado con los dos años anteriores (2014-2016), hay cuatro países más en los que se cometen violaciones graves de la libertad religiosa que han mostrado signos de deterioro de las condiciones de las minorías religiosas.
En el estudio se hace mención del incremento de las violaciones de la libertad religiosa por parte de regímenes autoritarios en todo el mundo, mismos que han provocado que un número mayor de países presenten una disminución de la libertad religiosa en comparación con 2016. “Por otro lado, el marcado descenso de la violencia militante de Al Shabab ha hecho que Tanzania y Kenia, clasificados como países de “persecución” en 2016, hayan pasado en 2018 a la categoría de “no clasificados”. En este sentido, aunque en algunos países se han observado menos violaciones de la libertad religiosa de naturaleza islamista, “la situación ha empeorado claramente en muchos otros”.
Muros de indiferencia
En otro tema, ligado a la restricción de la libertad religiosa, el Informe de ACN Internacional recalca que nacionalismo agresivo, hostil a las minorías religiosas, “ha empeorado hasta el punto de que el fenómeno se puede definir como ultranacionalismo. La intimidación violenta y sistemática a la que someten a los grupos religiosos minoritarios les ha llevado a tildarlos de forasteros desleales y de amenaza para el Estado”. Y remacha: “Cada vez hay más pruebas de la existencia de un muro de indiferencia detrás del cual sufren las comunidades de fe vulnerables, al tiempo que un Occidente religiosamente analfabeto ignora su difícil situación”.
Quizá la parte más sensible del Informe de ACN sea el hecho que para los gobiernos y los medios de comunicación occidentales, la libertad religiosa (uno de los derechos humanos fundamentales para lograr la paz, probablemente el más importante, según lo definió en un mensaje de la Jornada Mundial de la Paz Benedicto XVI) “está perdiendo importancia en el orden de prioridades en la defensa de los derechos humanos, eclipsada esta por las cuestiones de género, sexualidad y raza”. En otras palabras, la religiosidad humana está dejando de ser considerada una característica del hombre a favor de la lucha por interponer el “yo” y los “derechos del yo” como normas básicas de acción y de vida.
Entre más de las conclusiones del extenso Informe de ACN Internacional (más de 650 páginas) destaca la afirmación que se ha producido un “rápido e inesperado reasentamiento de grupos de fe minoritarios” en algunas zonas de Oriente Medio anteriormente ocupadas por el Dáesh (EI) y otros grupos hiperextremistas. Por lo demás, “muy pocos gobiernos occidentales han proporcionado a los grupos religiosos minoritarios, especialmente a las comunidades que desean regresar a sus hogares, la ayuda que necesitan con tanta urgencia”.
Cabe resaltar que, según las conclusiones del Informe, los éxitos de las campañas militares contra el Dáesh y contra otros grupos hiperextremistas, han ocultado la difusión de los movimientos islamistas militantes en zonas de África, Oriente Medio y Asia. “El conflicto entre el islam suní y chií ha alimentado a los grupos extremistas, entre ellos, al Dáesh”. También, hay nuevas pruebas que demuestran la amplitud del abuso sexual contra las mujeres “cometido por grupos e individuos extremistas en África, Oriente Medio y zonas del subcontinente indio”.
El Informe encuentra que se ha producido “un auge” de los atentados extremistas en Europa y en el resto de Occidente, “motivado en parte por el odio religioso”. Los atentados indican “que la amenaza del extremismo militante ahora se está haciendo universal, inminente y siempre presente”. Como tal, esta amenaza puede recibir el nombre de “terrorismo de vecindario”. Finalmente, el Informe de ACN Internacional reporta que en Occidente ha aumentado la islamofobia, en parte como consecuencia de la actual crisis migratoria, “aunque también hay pruebas de un recrudecimiento del antisemitismo, que ha generado un incremento del número de judíos que emigran a Israel”.