Con una sencilla jaculatoria se puso en las manos de la Virgen…todo lo demás es ya historia de la televisión mexicanaEl actor argentino nacionalizado mexicano Diego Olivera relató en el programa televisivo Ph: Podemos Hablar cómo la Virgen de Guadalupe lo rescató de un momento de incertidumbre y deudas, y para él, cambio su vida.
Olivera, hoy de 50 años, había trascendido ya en la televisión argentina, pero su carrera no le liberaba de deudas, que durante el embarazo de su esposa la también actriz Mónica Ayos, le aquejaban mucho. Ellos habían contraído matrimonio en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, en el barrio porteño de Palermo, el 28 de noviembre de 2002.
Y dos años después circulaban por la zona con su hija por entonces bebé, cuando pasaron por la imponente iglesia de las calles Medrano y Mansilla, y ella le recordó: “Acá nos casamos, qué fuerte”.
Y él, preocupado por las deudas y su situación económica, así reaccionó: “Internamente dije, tírame un centro cuando puedas (haceme un favor). “Mi abuela era muy creyente, y yo no era muy devoto. Sí me considero de la religión cristiana. Pero no soy devoto”, expresó. Sin embargo, con sus palabras, ese día se encomendó a la Virgen.
Él no sabía que la Virgen de Guadalupe era la patrona de México. Y no tenían relación con México. “Al poco tiempo me surgió esto que me surgió”, evocó casi entre lágrimas. Es que su carrera dio un vuelco por completo. En México, inició una exitosa carrera que lo llevó a protagonizar numerosas novelas y recibir varios reconocimientos por su labor actoral.
En ese país se radicó con su esposa y su hija Victoria, compañeras suyas aquel día que con una sencilla jaculatoria se puso en las manos de la Virgen. Desde ese momento, no hubo año en el que no participase de algún proyecto televisivo, algunos muy exitosos en la televisión mexicana.
Compartimos acá el fragmento del programa Ph: Podemos Hablar, emitido por la señal Telefé.
Un testimonio de fe que no puedes dejar de ver.