Una agresión que genera indignación y que se encuentra en etapa de investigación ¿Qué hay detrás del ataque con ácido a un cura en Nicaragua? La pregunta por estas horas genera incertidumbre en Nicaragua, país centroamericano donde el pasado miércoles 5 de diciembre una mujer de 24 años roció con ácido sulfúrico en la cara al sacerdote Mario Guevara mientras se encontraba confesando en la catedral de Managua.
Ni bien conocida la noticia el hecho generó estupor y las reacciones no se hicieron esperar. La Conferencia Episcopal de Nicaragua sacó un comunicado en el que confirmó que el cura agredido “sufrió graves quemaduras y que su condición era estable”.
“Agradecemos sus oraciones por la salud y recuperación del Padre Mario Guevara quien tiene 59 años de edad y sufre de diabetes”.
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¿El diablo dio la orden?
Sin embargo, con el transcurso de las horas la confusión proseguía y las diversas hipótesis comenzaron a asomar. Uno de los primeros puntos que se intentaron esclarecer ha sido el de la identidad de la agresora. Según la Policía Nacional de Nicaragua (oficial, por ende, leal a Ortega), la mujer se llama Elis Gonn y es de origen ruso, pero ingresó al país en septiembre de 2018 con pasaporte italiano procedente de Honduras y con su hija de dos años de edad.
“Deambulaba por las calles de Managua con su hija alimentándose únicamente de caramelos”, dice el comunicado de la Policía
Pero en el medio de la investigación policial surgió otro punto y es lo que tiene que ver con la declaración de la agresora luego de acontecidos los hechos.
“Llegó al templo de la Catedral Metropolitana de Managua a las 03.00 de la tarde cuando se realizaban sesiones de oración y exorcismo en casos de posesión satánica”, prosigue el comunicado de la Policía.
“Roció con ácido sulfúrico al presbítero Maria Guevara mientas él estaba confesando a feligreses (…)”, prosigue.
Y aquí el punto más inquietante del comunicado: “Expresa haber ocasionado lesiones al presbítero porque el diablo le ordenó matar a alguien, de lo contrario el diablo le quitaría la vida a ella”, agrega el comunicado, al tiempo de confirmar que la Policía pudo ingresar al templo con la autorización de una religiosa y que en ese momento se encontró a la agresora “en trance mientras le practicaban un exorcismo”.
En la declaración de la Policía también trasciende que la mujer argumentó que era perseguida en su país de origen por su orientación sexual (lesbiana) y que pertenece y al movimiento feminista.
“Dice ser enemiga de los hombres, a los que odia, su hija fue concebida por inseminación artificial”, concluye la Policía.
“Raro comportamiento”
Desde la Catedral de Managua se indicó a El Nuevo Diario que luego de la agresión la mujer decidieron exorcizarla porque tenía expresiones no comunes, pero que no estaba endomoniada.
“Lo que vamos a tener es un poco más de cuidado, pero solo le pedimos a Dios que él nos ayude, nos proteja y nos de seguridad”, dijo la religiosa Brenda Castillo, de esa catedral, a ese medio.
Mientras todo esto acontece la investigación prosigue y las dudas continúan pues la información oficial deja algunos puntos sin esclarecer. También llama la atención que todo esto acontece en un marco de hostilidad hacia la Iglesia católica en Nicaragua de parte del régimen de Daniel Ortega, algo que ha generado en los últimos meses diversas agresiones y amenazas.
Uno de los principales protagonistas en ese ataque ha sido el propio obispo auxiliar de Managua, monseñor José Silvio Báez, acusado incluso de promover “un golpe de Estado”, quien también en las últimas horas se solidarizó con el cura agredido por esta mujer.
Me acaba de llamar el Cardenal Leopoldo J. Brenes, quien ha visitado al P. Mario Guevara ya en la Catedral de Managua. Me ha confirmado que el Padre está estable y que las quemaduras no son graves. El Cardenal y este servidor damos gracias a Dios y les pedimos sus oraciones.
— Silvio José Báez (@silviojbaez) December 6, 2018
Recemos por la recuperación de este sacerdote y por Nicaragua, país donde la confusión sigue reinando y los ataques contra los integrantes de la Iglesia parecen tener continuidad.
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