¿Quieres ser más feliz? Vuelve a llamar por teléfono¿Te extraña cuando ves una llamada perdida? Tanto que a veces, hasta te entran como unos nervios de que algo malo ha pasado, ¿verdad?. ¿Dejas que suene el teléfono sin cogerlo para llamar después o escribir un mensaje de texto? ¿A veces percibes las llamadas como una pérdida de tiempo?¿Cuánto haces que no llamas por teléfono? Vivimos en un momento en el que a pesar de no despegarnos de nuestros teléfonos móviles para lo que menos los usamos es para su función original, la de llamar. Sin embargo, nos estamos perdiendo los grandes beneficios que patentó Alexander Graham Bell -su inventor fue Antonio Meucci en 1854-.
El teléfono nos acerca al otro, nos transmite un mensaje y un contexto: la voz, su tono… Hay estudios que dicen que se nota si el interlocutor al otro lado del teléfono está sonriendo o no. La voz nos transmite cercanía. Ayuda a crear un vínculo, a sentirnos acompañados y comprendidos. A comprender mejor al otro. No es comunicación cara a cara, pero sí incluye más ítems que sólo texto. Hay que escuchar. Respetar el turno. Los formalismos de las llamadas nos ayudan a reforzar nuestra sociabilidad: el saludo, la despedida…
Los milennials, considerados como la ‘generación muda’ se comunican infinitamente más por texto que por voz. En un estudio realizado en EEUU, se indica que 8 de cada 10 jóvenes de esta generación prefiere escribir mensajes de texto a realizar llamadas. En todo el país, e incluyendo todos los segmentos de edades, desde hace una década, el número de mensajes de texto enviados supera al de llamadas.
Lo mismo ocurre en España, donde la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) señala que los servicios de mensajería instantánea ganan por goleada a las llamadas de teléfono. Y de los teléfonos fijos ni hablamos, puesto que hay quien ya ni lo pone en casa.
Los últimos datos señalan que el 60% de la población “envía mensajes instantáneos varias veces al día, frente al 24% que llama desde el móvil y un 12% desde el fijo”. Mientras los estudios nos desean que las personas que hablan más por teléfono están más relajados.
Piénsalo y si quieres sumar algo de alegría a tu vida, descuelga el teléfono y pasa un poco de los mensajes de texto. Quienes lo prueban dicen que es genial. De hecho, una redactora de la BBC asegura que volver a llamar por teléfono “mejoró” su vida. Y además de la práctica, en la teoría, los psicólogos recomiendan conversar más, en persona por supuesto, pero también por teléfono, porque “fortalece el vínculo”. Pero, ¿por qué no hablamos tanto por teléfono?
El uso de smartphones nos ha hecho pasar de la voz para tirar de texto, porque de alguna forma creemos que controlamos más el mensaje. Hay expertos en comunicación que nos recuerdan que en nuestro interior, tenemos miedo de equivocarnos al hablar. Pero, ¿y al escribir? También, pero nos creemos que tenemos el control ya que podemos ‘borrar’. Sin embargo, no hay tono ni volumen ni expresión en un mensaje de texto ni aunque le añadamos emoticono.
También se apunta a que las llamadas son más invasivas: llegan en un momento que a lo mejor no esperas. Pero, ¿y los whastapp? ¿Tu eliges cuando leer o contestar, o te supera la instantaneidad? Puedes quedar para hablar por teléfono, no es necesario que sea cuando ‘no te va bien’. Pruébalo. Ya que las nuevas tecnologías están para hacernos la vida mejor vamos a hacer precisamente eso, usarlas para mejorar nuestro día a día. Conversar es mucho más social, tanto con llamadas familiares, como de trabajo puedes percibir el estado de ánimo del interlocutor. Transmites más, recibes más. Y la comunicación te enriquece, así que no le pongas barreras.