La curiosa historia de uno de los fenómenos climáticos más poderosos del planeta – y que nos alcanzará en los próximos meses
El fenómeno climático bautizado “El Niño” consiste en alteraciones significativas en la distribución de la temperatura de la superficie del agua del Océano Pacífico, un hecho que provoca profundos efectos en el clima de todo el planeta.
“El Niño” no sucede todos los años: entre un caso y el otro, existen intervalos que pueden variar de 2 a 7 años. Cuando ocurren, sin embargo, sus efectos suelen durar entre 6 y 18 meses, incluyendo, por ejemplo, sequías más intensas en las regiones como Australia, Filipinas, Ecuador y el norte de Brasil, y lluvias torrenciales entre otras, como en el sur brasileño, México y Estados Unidos.
Ya está confirmada la aparición de “El Niño” entre el final del 2018 y los primeros meses de 2019, clasificado esta vez como de “intensidad débil a moderada” – al contrario del caso anterior, entre finales del 2015 y principios del 2016, cuando el fenómeno se reveló uno de los más intensos registrados desde el principio de su monitoreo, en la década de 1950.
¿Y de dónde viene este nombre?
La recurrencia del fenómeno fue percibida inicialmente por pescadores del norte de Perú y Ecuador. Ellos notaron que, en determinados periodos, la pesca marítima decaía bastante y eso tenía alguna relación con el aumento de las temperaturas en el océano. Aunque las recurrencias sean irregulares, suelen empezar al finales de año, cerca de Navidad. Fue por eso que los pescadores empezaron a asociar el fenómeno con la llegada del Niño Jesús.
No tardó mucho en que empezaran espontáneamente a apodar al propio fenómeno “El Niño”. El apodo ya era popular en la región cuando los científicos empezaron a estudiar y monitorear ese conjunto de eventos climáticos de impacto global, de modo que el nombre se mantuvo y se adoptó mundialmente.