Reunión de trabajo con resultados positivosLa Santa Sede pronto tendrá un Nuncio en Hanói, capital del Vietnam. L a fecha no está fijada, pero será una consecuencia de las buenas relaciones existentes. Así se desprende del comunicado conjunto tras la séptima reunión del grupo de trabajo entre Vietnam y la Santa Sede, según informa France Press. Las organizaciones católicas, en algunos casos junto a otras organizaciones como las budistas, desarrollan un importante trabajo social apreciado por las autoridades comunistas vietnamitas.
Es la primera vez que la Santa Sede decide estrechar relaciones diplomáticas “normales” con un país comunista, aparte de Cuba. Actualmente, las relaciones entre la Santa Sede y Vietnam, tras la reunificación del país a partir de 1975, se ceñían a un “Representante Pontificio no residente”, cargo que ocupa el arzobispo polaco Marek Zalewski, del Cuerpo Diplomático del Vaticano, actual Nuncio en Singapur. La delegación de la Santa Sede estaba presidida por el subsecretario de las Relaciones con los Estados, Mons. Antoine Camilleri, el cual se entrevistó también con el primer ministro, Nguyen Xuan Phuc y el Presidente del Comité gubernamental para los Asuntos religiosos, Vu Chien Thang.
La séptima reunión de trabajo, celebrada antes de Navidad, puso de relieve, según el comunicado conjunto, la “atmósfera cordial y el mutuo respeto”. Ambas partes, Vietnam y Santa Sede, constataron los “resultados positivos” de tales contactos. También “discutieron y alcanzaron un acuerdo sobre cuestiones relevantes para elevar, en el próximo futuro, el nivel de las relaciones entre Vietnam y la Santa Sede, de un Representante Pontificio no permanente a un Representante Pontificio permanente y han compartido la convicción que tal paso ayudará a hacer crecer y desarrollar posteriormente las relaciones entre las dos partes”.
Las dos delegaciones, vietnamita y de la Santa Sede, han valorado y “reafirmado los mensajes del Papa a la Comunidad católica en Vietnam, sobre el vivir el Evangelio en el ‘corazón de la Nación´ y ‘un buen católico es también un buen ciudadano’, como los principios importantes para la vida de la Comunidad”.
Asimismo, la Santa Sede expresó “su aprecio y su gratitud” al gobierno vietnamita por la “atención” reservada a la Iglesia Católica. “La Santa Sede sigue con atención la profunda y dinámica vida de la Comunidad católica en el país –dice el comunicado– y alienta a la Iglesia católica en Vietnam a contribuir al bien común y la prosperidad de Vietnam. La parte vietnamita reafirmó que el Partido (comunista) y el Estado vietnamita están realizando con consistencia e incansablemente mejoras en el cuadro político para respetar y garantizar la libertad de credo y de religión del pueblo; alentando y favoreciendo a la Comunidad católica, en el obrar en el respeto de las leyes vietnamitas y en el participar activamente en el desarrollo y en la construcción económica y social, nacional”.
En esta séptima reunión se habló del nombramiento de obispos en Vietnam y las subdivisiones de las diócesis. Los representantes de la Santa Sede asistieron a la toma de posesión del nuevo arzobispo de Hanói, Joseph Vu Van Thien.
Para el próximo mes de junio, aunque con fecha no establecida, se espera la visita del cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin. Con esta visita pueden quedar resueltas de modo definitivo las relaciones diplomáticas normales entre la Santa Sede y el Vietnam. Previamente habrá otra reunión de trabajo, la octava, dentro de los contactos habituales entre la Santa Sede y Vietnam.
En este comunicado no se han puesto de relieve las diferencias entre las dos partes, como es habitual en este tipo de encuentros, donde se resaltan solo los puntos de acuerdo y se dejan al margen los puntos en desacuerdo. No se citan los problemas que tienen algunas comunidades católicas, no solo por la expropiación de sus terrenos, sino también por las dificultades que las autoridades ponen al ejercicio de la religión, con campañas públicas contra la misma.
Las instituciones católicas, hasta la guerra del Vietnam estaban dirigidas en su mayor parte por misioneros y misioneras franceses, pero ahora estas son completamente vietnamitas.
En Vietnam, los católicos representan un 7 por ciento de la población, habiendo disminuido después de las confiscaciones y persecuciones del gobierno comunista al terminar la guerra del Vietnam (1975). La posición del Vaticano entonces -hace más de 40 años-apoyaba un acuerdo entre las dos partes en guerra.