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Para ver a santa Inés, tienes que visitar dos lugares importantes en Roma

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Maria Paola Daud - publicado el 21/01/19
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Ya desde la antigüedad, los romanos honraron con gran veneración los restos de esta joven patricia mártir¿Sabías que si quieres ver a santa Inés, tienes que visitar dos lugares importantes en Roma? Así es, porque los restos de la santa se encuentran repartidos entre: la iglesia de Santa Inés en Agone (la cabeza) y las catacumbas que llevan su nombre, en la Vía Nomentana (allí está su cuerpo).

En la vía Nomentana se encuentra el Complejo Monumental de Santa Inés, que comprende: las catacumbas, la antigua basílica constantiniana, la basílica de santa Inés extramuros y el mausoleo de santa Constanza.

Iglesia de Santa Inés en Agone

La iglesia de Sant’Agnese in Agone se encuentra en el centro del lado occidental de la histórica y concurrida Piazza Navona. Según dice la tradición, es el lugar donde sufrió el martirio la joven santa, que fue degollada como un cordero.

La plaza tiene un forma particular, y se debe a que allí se encontraba el estadio de Domiciano. Se usaba para las competiciones atléticas, y era donde, en época de las persecuciones, algunos cristianos perdieron la vida.

Hoy la Piazza Navona es uno de los centros turísticos más visitados y pintorescos de Roma. Con sus hermosas fuentes, como la famosa Fuente de los Ríos, espectacular obra de Bernini, y sus artistas callejeros, dan vida y color a las tardes romanas.

La bellísima iglesia de santa Inés es una obra barroca de Francesco Borromini, con importantes obras artísticas de varios autores. Muchas de las obras representan episodios de la vida de la joven mártir.

Pasando el lado izquierdo del altar, se encuentra una pequeña sala donde está depositada la reliquia de la santa: el cráneo.

Catacumbas de santa Inés

El cuerpo de Inés fue enterrado en una galería en el primer piso de un cementerio cristiano ya existente en la Vía Nomentana. Estaba en terrenos que probablemente pertenecían a su familia.

La necrópolis cristiana estaba junto a la pagana, donde luego se construyó la basílica constantiniana. Se conservó sólo el cementerio cristiano, que después del edicto de Milán, creció desmesuradamente, ya que muchos querían ser enterrados cerca de los mártires.

La basílica constantiniana

La antigua basílica de santa Inés es una de las tres basílicas junto a san Juan de Letrán y La Santa Cruz en Jerusalén construida por la familia del emperador Constantino. Su hija Constantina, también llamada Constanza, la hizo construir, porque era una fiel devota de la joven santa; y como agradecimiento a favores concedidos, probablemente una curación.

El edificio probablemente fue abandonado en el siglo séptimo, cuando Honorio I construyó la actual basílica directamente sobre el lugar donde fue enterrada santa Inés. Hoy es un lugar muy elegido por los romanos para contraer matrimonio.

La Basílica de Santa Inés

La actual basílica también es llamada honoriana, ya que fue el papa Honorio I quien la hizo construir. Mientras la antigua fue construida cerca de la tumba de la mártir, el papa Honorio construyó la nueva basílica directamente sobre la tumba de la santa.

Sobre el altar se puede observar un precioso mosaico con las imágenes de santa Inés en el centro. Y a los lados, el papa Símaco, que hizo restaurar el sepulcro de la santa, y el papa Honorio, con la imagen de la basílica en sus manos.

El mausoleo de Santa Constanza

El mausoleo de Constantina (verdadero nombre de la hija del emperador, que luego con el tiempo cambió a Constanza), es una maravilla de la arquitectura tardo antigua. Hecha construir por la misma Constantina, para poder descansar, al morir, cerca de la mártir de la que era tan devota.

Se caracteriza por una planta circular, que se usaba con frecuencia en edificios termales; y que luego se convirtió en una característica de la arquitectura cristiana primitiva y de los baptisterios.

En 1254 el mausoleo se transformó en una iglesia, dedicada precisamente a Santa Constanza. Y en la actualidad muchos romanos la eligen para celebrar el matrimonio.

 

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