Una bonita iniciativa que se convierte en potente arma espiritual La crisis del abuso sexual en contra de menores por parte del clero ha sumido a muchos católicos estadounidenses y de otros países del mundo en la desconfianza y en la desesperanza.
La próxima “cumbre” sobre abusos en el Vaticano ha hecho saltar los timbres de alarma en todos los rincones del planeta. Parecería que ya no hay nada qué hacer para salvar a la Iglesia católica de su naufragio.
Afortunadamente, aquí y allá surgen luces de fe e iniciativas que quieren restituir el espíritu de oración por los pastores, por el Papa, por los obispos, por los sacerdotes, que es una de las obligaciones morales del católico.
Un apostolado frente al Santísimo
Tal es el caso del Apostolado de las Siete Hermanas, una iniciativa de mujeres cuyo objetivo es orar frente al Santísimo Sacramento por los sacerdotes.
Nacido en Saint Paul (Minnesota) en 2011 por iniciativa de Janette Howe, en la actualidad se compone de 750 grupos que rezan por el clero.
Las mujeres del Apostolado se comprometen a hacer una Hora Santa semanal durante un año por su pastor, sacerdote, obispo o incluso por el papa Francisco. Juntas “cubren” a cientos de clérigos en oración todos los días del año.
La Hora Santa se realiza en un día específico por semana (los siete días) y el grupo se compone de siete mujeres.
Actualmente, poco más de 5.200 mujeres están orando en 39 estados de Estados Unidos y en otros ocho países. Van desde los adolescentes hasta mujeres mayores de 80 años, y provienen de todos los orígenes.
Orar por aquellos que son llamados
Howe cree que el Espíritu Santo la inspiró a formar el apostolado específicamente para las mujeres, y agregó que los hombres pueden orar por su cuenta o servir como sustitutos.
Aunque las mujeres no son llamadas a ser sacerdotes, dijo Howe, Dios les confía “orar en esta vida, en esta situación, en esta llamada de algo a lo que nunca vas a ser llamado”.
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No hay un formato establecido para la oración, aunque a las hermanas se les pide que oren por el aumento de la devoción del sacerdote o del obispo a la Santísima Virgen María.
Finalmente el Apostolado reconoce que los sacerdotes “son seres humanos” y que hoy más que nunca deben estar enamorados de su vocación y construir un camino de santidad que atraerá a muchas personas al seno de la Iglesia.
El padre Joseph Bergida, vicario parroquial de la iglesia de San Andrés Apóstol en Clifton, Virginia, y receptor de la oración de las Siete Hermanas, dijo que la oración fortalece a los sacerdotes que necesitan las gracias para su ministerio.
“Creo que mientras los sacerdotes buscan ser fieles a su vocación, están siendo atacados más por el enemigo (…) Creo que también ayuda a los sacerdotes a darse cuenta de que su sacerdocio es apreciado por los fieles“, resaltó Bergida.
La presencia real de Cristo transforma los corazones de las mujeres mientras esperan que su sacerdote se beneficie de las oraciones, señaló, finalmente, Howe.
*Con información de Susan Klemond, quien escribe desde Minnesota para Our Sunday Visitor*