A Juan lo han visto todos los días del año atendiendo a su hijo Juan José para que este nunca faltara a las clases. Ahora le llega el reconocimiento. En el campus de Puerto Real (Universidad de Cádiz, España) todos los alumnos del grado de Educación Primaria conocen a Juan José, un joven natural de Rota que tiene una severa discapacidad y que llega al aula cada día gracias al tesón de su padre. Ahora que el curso está tocando a su fin, estos estudiantes han decidido rendir un pequeño homenaje a quien día tras día ha empujado una silla de ruedas para que su hijo recibiera la mejor formación.
Juan, el padre de Juan José, se quedaba algunas veces en la puerta y otras -al comienzo- se iba a hacer un café y volvía para trasladar a su hijo de aula. Pero conforme fue pasando el tiempo, profesores y alumnos le invitaron a entrar en el aula hasta tal punto que lo consideran uno más de la promoción.
Tanto es así que al acercarse el final del curso con el que Juan José se gradúa, los compañeros de promoción han querido mostrarle su cariño y su agradecimiento. Lo han incluido en la orla de la promoción: sin muceta verde, como lleva su hijo por ser graduarse en Educación Primaria, pero con todos los honores. Pocas veces en la empresa de hacer orlas habían visto cosa igual.
Juan José ha demostrado sobradamente que es capaz de estudiar. Antes de Educación Primaria aprobó el grado de Matemáticas. Para ello siempre ha contado con el apoyo (en todos los sentidos) de su padre. Su madre falleció en el parto y desde el primer momento Juan decidió que lo sería todo para el bebé. Dicho y hecho hasta el día de hoy, en que Juan José cumple su sueño de ser maestro.
Pero también su padre, Juan, es maestro en cierto modo: “Ha dado una gran lección de humildad a todos y nunca ha hecho alarde de lo que hace por su hijo”, dice un alumno de la clase. De ahí que en el pie de foto hayan hecho constar lo que es verdaderamente: “Papá de Juan José y de todos…”.