El beato Daniel Brottier animaba a los demás a pedir a Dios un signo para discernir mejor su voluntadA menudo, cuando tratamos de discernir la voluntad de Dios, suplicamos: “Dios, ¿puedes darme una señal?”.
¿Pero está bien hacer eso? ¿Contestará Dios nuestras oraciones con una señal?
El beato Daniel Brottier, un sacerdote francés que también fue capellán en la Primera Guerra Mundial, creía firmemente que Dios responde a nuestras oraciones cuando se hacen con sinceridad y fe. A menudo pedía señales, ya sea de Dios mismo o de su patrona en el cielo, santa Teresa de Lisieux. Nunca se sintió decepcionado, incluso cuando el signo le mostró un camino diferente al que esperaba.
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Sin embargo, profundizar un poco más en lo que este hombre santo entendió por “signos” explica su punto de vista sobre el funcionamiento de la divina providencia.
Nunca tengas prisa con la providencia. A veces no entendemos lo que está pasando, hasta que un día vemos que la providencia estaba trabajando para lo mejor. Cuando un proyecto fracasa, gana tiempo y deja que la providencia siga su curso. Cuando estés dudando sobre una línea de acción a seguir, pide un signo de providencia. Una solicitud sincera siempre recibirá una respuesta.
A veces la “señal” que Dios nos da será tangible. Por ejemplo, Brottier estaba construyendo una capilla en honor a santa Teresa y recibió una donación anónima de una gran cantidad. Él creía que esto era una señal y lo alentaba en su tarea.
En otras ocasiones, el “signo” puede ser más discreto y venir en forma de paz dentro del corazón de uno.
Pase lo que pase o no, Dios responderá a nuestras sinceras oraciones y las contestará. Simplemente tenemos que estar abiertos a lo que Dios tiene reservado para nosotros.