25 migrantes centroamericanos murieron y otros 29 resultaron heridos cuando viajaban hacinados en la caja trasera (que iba abierta) de un camión de mercancías
Apenas esta semana los obispos de Texas y México instaban a las autoridades de los dos países a no volver a hacer víctimas a quienes están huyendo de sus hogares en América Central por la crisis de pobreza y violencia que atraviesa a la región, sobre todo a los países que conforman el Triángulo Norte: El Salvador, Guatemala y Honduras.
Apenas ayer jueves por la tarde, a las 18:00 horas locales, la tragedia volvía a cernirse sobre estas familias desesperadas por alcanzar al norte, Estados Unidos, y que salen por cientos, quizá miles, cada semana de sus precarios hogares.
Las noticias son escuetas. Ya la muerte de migrantes en tránsito por México no ocupa titulares.
El parte oficial señala que, al menos, 25 migrantes centroamericanos murieron y otros 29 resultaron heridos cuando viajaban hacinados en la caja trasera (que iba abierta) de un camión de mercancías que volcó apenas iniciando su viaje al norte, tras cruzar la frontera entre México y Guatemala, en el Estado sureño de Chiapas.
Los informes son escuetos. El vehículo que circulaba sin matrícula alguna, “se salió de la carretera” y fue a dar con todo su cargamento humano a un pequeño precipicio a la altura del río Bombaná, a unos 5 kilómetros de la colonia Francisco Sarabia, en el municipio de Soyaló.
Hasta el momento no se ha identificado ni la identidad ni la nacionalidad de quienes viajaban en la parte trasera del camión de carga de tres toneladas.
Solo podemos imaginar la tragedia de más de cincuenta personas –hombres, mujeres, niños, ancianos—apiñados en una caja de mercancías dando volteretas y muriendo apenas a dos horas y media de haber cruzado la frontera sur de México.
Según han asegurado las autoridades del Estado de Chiapas, donde la tragedia migratoria centroamericana comienza y donde la solidaridad de la Iglesia y de las organizaciones civiles es más palpable, el conductor del vehículo “perdió el control, aparentemente debido a un fallo mecánico”.
Viajan como pueden, en vehículo en mal estado, como reses, conducidos por choferes de cualquier tipo, sin autorización, sin matrícula, sin nada que los ampare (y siempre con la posibilidad de ser víctimas de la delincuencia). Obviamente, como sucede casi siempre, el conductor “huyó”.
Numerosos migrantes han sido rescatados en los últimos meses del interior de vehículos en los que viajaban hacinados. En febrero, las autoridades encontraron, también en Chiapas, a 234 centroamericanos que eran transportados en cuatro camiones en condiciones infrahumanas.
En diciembre de 2018, más de un centenar fueron localizados en el interior de un tráiler en el Estado de Tabasco y en septiembre otro centenar fue encontrado en tres camiones de carga en Oaxaca…
La lista del horror es interminable. Para ya no ocupa titulares. El camión volcó, el chofer huyo, fallas mecánicas, migrantes hacinados, buscaban llegar a Estados Unidos… fin de la historia.