El Pontífice ha recibido a los miembros de la Federación Italiana de Médicos Pediatras y les animó a “promover una cultura” capaz de proteger la salud de “los más pequeños” El papa Francisco ha invitado a los pediatras a adoptar como modelo de “humanidad” y “dedicación a los demás” a Jesús, “fuente de cercanía y ternura”. Lo hizo a través de un texto entregado este jueves 21 de marzo 2019 en la Sala de los Papas del Palacio Apostólico Vaticano a los miembros de la Federación Italiana de Médicos Pediatras.
“Leyendo y releyendo a menudo los textos del Evangelio en los que Jesús encuentra y sana a los enfermos conseguirán una nueva linfa para su ser y su actuar”, se lee en el discurso que el Papa había preparado para esa ocasión y que ha entregado a los presentes.
Una profesión que, dijo, “es una misión verdadera y propia, que atañe tanto la mente como el corazón” y no termina con el turno de trabajo.
Así, los exhortó a dar “testimonio cristiano”, en la “amplitud de su mirada, por la capacidad de imaginar el contexto social y el sistema sanitario más justos para el futuro”.
“Trabajen siempre con seriedad y dedicación, haciéndose promotores de una cultura inclusiva de la solidaridad y la salud”.
Asimismo, destacó que en materia de prevención y tratamiento existen “quienes disfrutan de un determinado nivel de vida y, por lo tanto, pueden costeárselos”.
En este sentido, les animó “a trabajar para garantizar que esta desigualdad no se sume a las muchas que afligen ya a los más débiles, sino para que el sistema sanitario asegure asistencia y prevención a todos, como derecho de la persona”.
Precisamente, continuó “la atención a las personas, junto con la competencia científica, es una característica esencial de vuestra profesionalidad, de la cual también es parte integral la capacidad de escuchar, comprender e inspirar confianza”.
Todavía antes que con los niños, indicó a los médicos pediatras que su trabajo les “pone en contacto constante con los padres”, aseguró, “los primeros custodios y responsables de sus pacientes”.
Por ello, les pidió estar cerca a los padres de familia de los pequeños enfermos, puesto que “también buscan seguridad humana”, confiándoles “lo que más aprecian”.
Les ánimo a estar delante a los niños “bien dispuestos”, pues ellos saben si están “distraídos, porque quizás nos hubiera gustado acabar el turno, o darnos más prisa o encontrarnos con un paciente que gritase menos …”
También ustedes son “hombres y mujeres”, con “sus preocupaciones”, admitió, pero les invitó a estar “entrenados para sonreír”, algo necesario para dar valor y abrir una brecha de confianza en los pequeños, y así hasta los medicamentos son más eficaces”.
“En el trato con los niños, tengamos siempre en mente las palabras de Jesús que, en un mundo en el que eran poco considerados, los señala como modelo de los que entran a formar parte del Reino de Dios, porque entienden sus secretos.”
Además, por el “deseo de ponerse al servicio, con humildad y competencia, de cada persona que se les confía”, concluyó.
Papa Francisco siempre ha tenido una especial inquietud con los niños enfermos y son muchos los momentos en los que los ha visitado