En muchos lugares de Estados Unidos se está jugando una batalla legal que puede llevar a impedir muchos abortos que hoy son “legales”Tal es el caso del Senado del Estado norteamericano de Georgia, quien aprobó un proyecto de ley que prohibiría a los médicos realizar abortos después de detectar el latido del corazón de un bebé.
El gobernador de Georgia, Brian Kemp, aplaudió el progreso del proyecto de ley que ya había sido aprobado por la Cámara de Representantes de la entidad sureña. Se espera que –con los cambios introducidos por el Senado—los representantes lo pasen a firma del gobernador muy pronto.
De veinte a seis u ocho semanas
La nueva legislación prevé que quienes practiquen un aborto después de haber detectado los latidos de un bebé –aproximadamente entre las seis y las ocho semanas de gestación– podrían perder sus licencias médicas.
La iniciativa, sin embargo, incluye como casos de excepción la violación o el incesto, así como el caso en que los médicos determinen que la vida de una mujer embarazada está en peligro o que el bebé no sobrevivirá.
Hasta el día de hoy, las leyes que rigen en el Estado de Georgia prohíben el aborto después de veinte semanas de embarazo.
Si pasa la ley y es firmada por el gobernador Kemp, su puesta en práctica no será fácil. Los desafíos legales a los que se enfrentará ya fueron planteados por la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU).
Anteriormente, la demanda a una ley similar en el Estado de Kentucky fue bloqueada por un juez federal a pocas horas de haber entrado en vigencia, justamente tras una demanda de la ACLU junto con otras instituciones pro-aborto.
La iniciativa es sólida
En un artículo de opinión en el Atlanta Journal Constitution, el representante Ed Setzler, quien patrocinó el proyecto de ley, argumentó que su propuesta es “científica y legalmente sólida”.
“[La ciencia] nos dice que un niño con un corazón palpitante ha cruzado el umbral científico definitivo en el que tiene 95 por ciento de posibilidades de ser llevado a término y el umbral médico definitivo que durante siglos ha establecido la presencia de la vida humana: el latido del corazón”, escribió Setzler
El representante de Georgia también argumentó que el proyecto de ley de latidos del corazón puede sobrevivir a un desafío legal.
Dijo que es única entre otras leyes estatales similares porque establece “la personalidad jurídica del niño por nacer”, basándose en “el fundamento establecido hace tiempo de la autoridad de un Estado para reconocer los derechos de una persona de forma más amplia que el mínimo requerido por la ley federal”.
Setzler dijo que el proyecto de ley es un esfuerzo por equilibrar “la libertad individual de las madres embarazadas con el derecho a la vida de las distintas personas que viven dentro de ellas”.
Señaló, finalmente, que garantizaría nuevos beneficios para las mujeres embarazadas, incluido el “acceso a la manutención infantil” por el padre del bebé “y una deducción total de impuestos de dependientes”.
¿Un mal menor o un bien posible?
La Conferencia Católica de Georgia ha alentado el apoyo a la legislación, desmarcándose de otras conferencias católicas de la Unión Americana.
“El núcleo del proyecto de ley es una prohibición contra el aborto después de un latido fetal detectable, generalmente entre seis y ocho semanas después de la concepción”, dijo la Conferencia en un comunicado.
“Si bien entendemos que la vida comienza en el momento de la concepción, no del latido del corazón, este lenguaje es tan cercano como los autores creen que podemos enfrentar y aún enfrentar los desafíos en los tribunales”, agregaron los obispos de Georgia.
La Conferencia subrayó que, en efecto, la iniciativa de ley contempla excepciones que no contempla la doctrina católica (violación, muerte posible de la madre, etcétera). No obstante la apoyan porque, en su opinión, “prohibiría muchos abortos que son legales hoy en día”.
Con información de CNA