Una casa de madera flotante que le ha dado fama y reconocimiento, pero que ahora debe ser subastada No son pocos los que afirman que se trató de una de las peores tragedias que ha tendido que vivir Ecuador. Se trata del conocido deslave de La Josefina, en la provincia de Azuay.
Por estos días se cumplen los 26 años (sucedió el 29 de marzo de 1993) de un capítulo triste que implicó el derrumbe del cerro conocido como Tamuga generando que grandes piedras y tierra cayeran sobre los ríos Cuenca y Jadán.
La catástrofe generó miles de damnificados y centenares de viviendas destruidas, además de la amenaza de inundaciones debido al esparcimiento de agua que estaban contenidas por represas.
Pero en medio de aquella tragedia hubo un caso que asombró al mundo. El protagonista es Walter Suárez, el hombre (actualmente con 70 años) que es recordado hasta estos días por haber hecho que su casa flotara durante 33 días en medio de las aguas gracias a haber colocado más de 30 tanques de plástico.
“Yo estaba en mi casa en Cuenca cuando me llamaron por teléfono que se había caído el cerro. No podía hacer nada porque estaba lloviendo. Al siguiente día que vine se iba estancando el agua y a los 15 días ya iba el agua acercándose a El Descanso. Ahí decidí desempernar la casa para que se eleve en el agua”, contó hace unos años a BBC Mundo Walter.
Lo sucedido con aquella tragedia lejos de dejar inmóvil a Walter lo ha llevado a tomar decisiones de manera inmediata y fue por ello que junto a dos amigos fue a buscar tanques de aceite que habían sido regalados por empresas y empezaron a colocarlos en los costados.
Pero el agua llegó, la desesperación también, pero Walter se las ingenió para lograr aflojar los cimientos de la casa y que empezara a flotar. Gracias a esto, este hombre logró una hazaña personal y logró sortear aquella tragedia.
La casa flotante de Ecuador http://t.co/Wp0t4ZEAvV pic.twitter.com/SwqRdP2e33
wuua0o la casa flotante y en ecuador !!! 🙂
x fin algo bueno— Rënÿ Alcöser (@reny_alcoser) September 24, 2013
Desde aquel día, salvando los detalles vinculados al famoso episodio bíbilico de Noé, el arca y el Diluvio Universal, aquella sencilla casa de madera fue reconocida como “el arca” de Walter.
La historia de Walter, que ha generado admiración local y hasta repercusión internacional, hoy vuelve a sonar. Recientemente se anunció que la casa –que ha quedado ubicada como a 300 metros de su lugar de origen- será subastada, pues el propio Walter considera que ha quedado solo en cuanto al mantenimiento.
“Si nadie en Ecuador se interesa habrá que subastar en el exterior”, dijo Walter recientemente, reproduce El Telégrafo.
De momento, la casa sigue siendo inconfundible e incluso se destaca por tener una bandera de Ecuador que ondea en la parte alta. Además, esconde otro secreto, pues al momento de hacerle algunas mejoras, -prosigue El Telégrafo- Walter construyó una pileta y un altar en honor a la Virgen Dolorosa.
Mientras todo esto sucede, y hasta miembros de la familia quieren que el lugar sea un lugar turístico, ahí está la curiosa y famosa casa de Walter, el “arca” de Walter, un lugar que se ha transformado en sinónimo de hazaña.
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