Cuatro años después de abrazar el catolicismo ganaría el Premio Nobel de Literatura
El 1 de noviembre de 1924, la escritora danesa Sigrid Undset abrazaba el catolicismo. Tras un proceso de reflexión personal, Undset encontró respuestas a muchas de sus preguntas en la fe católica que le ayudó a entender el mundo. Cuatro años después, era galardonada con el Premio Nobel de Literatura.
Sigrid Undset nació en Dinamarca el 20 de mayo de 1882 aunque vivió prácticamente toda su vida en Noruega, donde su familia se trasladó cuando aún era un bebé de dos años. Sus padres eran protestantes no practicantes y ella siempre se consideró agnóstica. La muerte de su padre cuando Sigrid tenía once años dejó a su madre sola con tres hijas en una situación económica complicada.
Cuando cumplió los dieciséis empezó a trabajar como secretaria para poder ayudar a su madre y sus hermanas pequeñas. Sigrid amaba el arte y la historia pero era consciente de que iba a ser muy difícil poder acceder a la universidad por lo que decidió estudiar de noche y trabajar de día. Ya entonces demostraría una amplia capacidad de trabajo robándole horas al sueño para poder llegar a todo. Incluso tuvo tiempo para iniciarse como escritora y empezó una novela ambientada en la Edad Media.
En 1907 consiguió publicar su primera novela. A partir de entonces, la buena acogida de sus obras le permitieron dejar su trabajo como secretaria y convertirse en escritora profesional. En 1909 emprendió un viaje por Europa que la llevaría a conocer en Roma al que se convertiría en su marido. Anders Castus Svarstad era un pintor noruego casado y con tres hijos que se divorció para poder casarse con Sigrid en 1912.
Sigrid llegó a tener tres hijos con Anders y se hizo cargo en algunos momentos de los hijos de su marido habidos de su primer matrimonio. Escribir y ser madre no era tarea fácil y, de nuevo, tuvo que recurrir a las horas tranquilas de la noche para poder continuar con su carrera. Su relación con Anders no era buena y fue empeorando hasta que, el mismo año que nacía su tercer hijo, en 1919, decidieron poner fin a su matrimonio. Fue entonces cuando se embarcó en la que se convertiría en su gran obra maestra, la trilogía medieval Kristin Lavransdatter.
Sigrid era entonces una mujer madura, con una vida de intenso trabajo y sacrificio, con un matrimonio fracasado y una visión realista de la dura situación de las mujeres. Fue en aquella época cuando se acercó a Dios para encontrar el verdadero sentido de su propia existencia. Con la ayuda de un sacerdote católico, Sigrid encontró un gran consuelo en la fe que abrazó sinceramente tras años de vivir bajo un convencido agnosticismo. Para entonces, Sigrid era una escritora conocida, sobretodo en Noruega, de mayoría luterana, donde su conversión no fue acogida muy positivamente algo que no le preocupó en absoluto. Desde su conversión, defendió públicamente su nueva fe, incluso la importancia del matrimonio como sacramento a pesar de que ella tuvo que deshacer el suyo propio. Sigrid veía en los santos y en la Virgen María figuras importantes para los creyentes como ejemplos a seguir. El catolicismo estuvo muy presente en su producción literaria posterior destacando textos como su preciosa obra sobre Santa Catalina de Siena o el ciclo titulado Saga de los Santos.
En 1928, Sigrid Undset recibía el Premio Nobel de Literatura que la consagró como una grande de las letras. Sigrid no dejó de escribir incluso durante su exilio americano tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial. En Nueva York también colaboró activamente con la Liga Católica Escandinava de San Ansgar y denunció abiertamente el nazismo y la dramática situación de los judíos.
Cuando finalizó la guerra, regresó a su hogar en Noruega donde aún viviría cuatro años más. Sigrid Undset falleció el 10 de junio de 1949.