El tráiler del Episodio IX ha generado tanto revuelo como el estreno de la propia película y solo son unos segundos de imágenes que no obstante han logrado retener el espíritu trascendental de la película original
El pasado viernes se publicaba en todo el mundo el primer tráiler de Star Wars. Episodie IX. The Rise of Skywalker. La expectación era total y el asunto incluso abrió informativos. Muchos fans habían grabado sus reacciones ante las primeras imágenes del film de J.J. Abrams para después publicarlas en Internet.
Una locura. La película, muchos aventuran ya, se trata de una especie de enmiendo para arreglar el desasosiego que dejó tras de sí Los últimos Jedis. Yo no me voy a extender sobre la cuestión pero de las últimas películas de la saga a mí, la película de Rian Johnson me parece de lo mejorcito. Pero sigamos con otra cosa.
El caso es que mejor o peores películas, sus responsables al menos, han sabido conservar, como poco, algo de aquella esencia mágica que hizo de las películas originales un hito. En esencia, una de esas historias como las de antes, con héroes y villanos sin muchos matices.
Una historia en donde la diferencia entre lo blanco y lo negro está bien clara, como lo está el cielo y el infierno. Como Darth Vader, Kylo Ren es el malo y como Luke Skywalker, Rey es la buena. No caben matices entre una cosa y otra porque la grandeza y lo bueno de los grandes relatos era precisamente eso, mantener los conceptos claros sin humanizarlos demasiado para no meternos en escalas de grises que puedan confundir al respetable.
Además, la saga Star Wars se apoya sobre una cuestión que además estos días anda en desuso o que por lo menos, no todo el mundo admite abiertamente. La creencia en algo superior, en algo eterno que lo inunda todo. En las películas de Lucas era “la fuerza” pero en realidad su referencia está clara. Al fin y al cabo hablamos de fe y en definitiva se trata de creer en algo que no se puede contemplar a simple vista.
No es ninguna novedad que la “religión” de Star Wars se equipare al catolicismo pero sí lo es tal vez que esa esencia haya sobrevivido a cuarenta años de público y cine cambiante y siempre exigiendo realismo en detrimento de lo espiritual.
Como decíamos al principio, puede que los últimos episodios de Star Wars sean desiguales pero han sabido mantener la esencia aunque lo que todavía estar por ver, es si han generado nuevos fans porque en suma, de eso se trata. Y esto es importante porque el fin de la saga, al menos de la saga de la familia Skywalker, está cerca.