La “nueva Galicia” de los conquistadores nunca ha dejado de contar con el auxilio espiritual de los herederos de san Francisco
Los Franciscanos continúan en su año jubilar en Chile, cumpliendo 451 año de presencia ininterrumpida en la Isla de Chiloé. Fue en noviembre de 1568 cuando los primeros frailes se llegaron a la Ciudad de Castro. Los hermanos Pedro de Constantina, Juan Belga, Francisco Gálvez y Francisco Salcedo, provenientes de España, fundaron el convento Franciscano y dando por patrona de la iglesia y convento, a Nuestra Señora de Los Ángeles.
Durante los siglos XVI Y XVII los frailes se dedicaron a la atención espiritual de la población hispano-criolla, la enseñanza de las primeras letras y la evangelización de los pueblos originarios que vivían en el archipiélago.
Actualmente, la presencia Franciscana se sustenta en dos sacerdotes Franciscanos y un diácono. Entre los tres, se encargan de la labor pastoral y social de la parroquia Apóstol Santiago, que a su vez cuenta con cinco comunidades; la parroquia Nuestra Señora del Rosario, que comprende las islas de Quehui y Chelín; además de un hogar de adultos mayores, el Hospital de Castro y la Unidad Penitenciaria.
El hermano Julio Campos, quien lleva 4 años viviendo en la ciudad, cuenta que la presencia social de la fraternidad se ve en el comedor parroquial que cada domingo atiende a personas en situación de calle, en el hogar para adultos mayores vulnerables y en el acompañamiento constante que dan con los enfermos, privados de libertad y sus familias.
“Acá la gente vive con mucha fuerza el espíritu de la solidaridad, si alguna persona está enferma, generalmente surgen beneficios, platos únicos, rifas, etc. Siempre se hace algo para ayudar a la persona. Se ve la solidaridad, cuando a alguien se le quema la casa, pues siempre surgen muchas iniciativas para ayudar a quien necesita”, señala el párroco de la iglesia Apóstol Santiago.
“La participación y protagonismo del laico es muy importante” señala, sobre todo con “la imagen del fiscal y el patrón, personas de la comunidad que de alguna manera organizan la Iglesia en la isla. Estas dos “autoridades” son los encargados de llevar a cabo las peregrinaciones o celebraciones de piedad popular en la Isla” agrega.