Desde el siglo XIII, la catedral de la capital francesa no cesa de hacer soñar a los mayores artistas de cada época. Todavía hoy, numerosos pintores y diseñadores recorren el río Sena para captar un poco de su belleza
Una catedral, sobre todo cuando se trata de un santuario nacional como el de París, no es una tumba ni un museo. Esta permanece siempre viva. A través de los siglos, todas las épocas la han marcado con su genio, todas la han enriquecido y embellecido, sabiendo que este es el lugar en que se encuentran todos los fervores.
Así declaraba en 1938 el cardenal Verdier. Desde su construcción, en el siglo XIII, Notre Dame de París fascina. Artistas, ayer y hoy, han representado la catedral. Reproducida, imaginada, fantaseada, sublimada… todos han dado rienda suelta a su imaginación con el deseo de celebrarla. Una colección de antología.