Los tres niños pastorcitos a los que se apareció la Virgen María en Fátima -Lucía, Francisco y Jacinta- aprendieron y mostraron al mundo varias oraciones y jaculatorias llenas de belleza y poder. Aquí están algunas de ellas:
Para ofrecer algo que cuesta
¡Oh Jesús, te ofrezco este sacrificio por tu amor,
por la conversión de los pecadores
y en reparación de los pecados que tanto ofenden al Inmaculado Corazón de María!
Para adorar a Dios, enseñada por el ángel y que por su indicación los niños rezaban de rodillas y con la frente en el suelo:
¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo!
¡Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, no te aman!Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
yo te adoro profundamente y te ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios del mundo,
en reparación de los ultrajes con los que Él es ofendido.
Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús
y del Inmaculado Corazón de María,
te pido la conversión de los pecadores.
Para rezar durante el Rosario al final de cada misterio después del Gloria
¡Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno,
lleva al cielo a todas las almas y socorre principalmente a las más necesitadas!