El Estado de Washington es el primero en aprobar una ley que regula esa práctica que entrará en funcionamiento el 1 de mayo de 2020“Recompose ofrece una opción alternativa a la cremación y los métodos convencionales de entierro. Nuestro servicio, la recomposición, convierte suavemente los restos humanos en tierra, para que podamos alimentar una nueva vida después de morir”.
Así se anuncia esta empresa fundada y dirigida por Katrina Spade quien piensa que, bajo la idea que la recomposición de los cadáveres humanos, se le permite devolverle a la tierra todo aquello que la tierra nos proporciona en la vida. Su intención es “cambiar el paradigma actual de la atención a la muerte al ofrecer un modelo suave, humano y ecológico”.
El Estado de Washington, según informa El País, es el primero en aprobar una ley que regula esa práctica que entrará en funcionamiento el 1 de mayo de 2020. Se trata de la “reducción orgánica natural” que transforma un cuerpo, mezclándolo con otros productos como astillas de madera y paja, en unas dos carretillas de tierra fértil en unas semanas.
“Creemos que el cuidado de la muerte es una parte esencial de la vida. Además de crear un sistema que nos devolverá suavemente a la tierra, fomentamos la participación y nos esforzamos para que la experiencia sea transparente y significativa para todos”, explica Recompose en su página web.
La vida interconectada (y la muerte también)
Spade ha sido empresaria y diseñadora desde 2002. Cuenta con más de 15 años de experiencia en administración de proyectos, finanzas y arquitectura, con un enfoque en soluciones ecológicas centradas en el ser humano. Mientras cursaba su maestría en arquitectura, inventó el sistema para transformar a los muertos en suelo, que ahora explota en Recompose.
Este “nuevo paradigma” introduce los cadáveres sin embalsamar en unos recipientes hexagonales reutilizables que se asemejan a un gran panal. “Cuando el proceso haya terminado, las familias podrán llevarse a casa parte de la tierra producida y los jardines recordarán que la vida está interconectada”, según el equipo de Recompose.
El sistema modular de la compañía “utiliza los principios de la naturaleza para devolver nuestros cuerpos a la tierra, secuestrando carbono y mejorando la salud del suelo. De hecho, hemos calculado los ahorros de carbono en una tonelada métrica por persona” si las cosas caminan bien y se hace la composta como se debe….
La empresa subraya que convertir los cadáveres en composta toma la orientación de la naturaleza. “En el corazón de nuestro modelo hay un sistema que nos devolverá suavemente a la tierra después de que muramos”. Además de reducir el carbono y la contaminación, el método “hace sentido” en zonas urbanas muy pobladas, según ha dicho uno de sus patrocinadores, el senador demócrata Jamie Pedersen.
Lejos, muy lejos, están quedando las prácticas cristianas sobre la muerte y la dignidad de los cadáveres. Aquello de “dar cristiana sepultura” considerado como una obra de misericordia ha sido sustituido, cuando menos en Recompose, por el triple objetivo de emular los ciclos de la naturaleza y el diseño regenerativo; afirmar “que todos merecen una elección cuando se trata del final de la vida” y apreciar la transparencia y la participación,” de los familiares en el trabajo que hacen con sus muertos.