Hay una ley que no les gustaAtlanta es la ciudad más importante del sureño Estado de Georgia, en Estados Unidos. Situada en el corazón del llamado “Bible Belt” (“Cinturón Bíblico”, por la presencia copiosa del cristianismo protestante, fundamentalmente bautista) se ha convertido, junto con el resto del Estado, en la “Hollywood del Sur”.
Las grandes productoras de cine y televisión han trasladado a Georgia buena parte de sus producciones provocando que siga los pasos de la “Meca del cine” (Hollywood, en el Estado de California) y se sitúe un poco atrás de Nueva York.
En 2017, fue el escenario de 320 producciones de cine, televisión, publicidad, música y videoclips, con un impacto económico de 9.500 millones de dólares (7.000 millones de dólares en 2016). En 2018 se rodaron 455 producciones. Según informes oficiales, en la industria de cine en el Estado trabajan 92.000 personas.
Ahí se han grabado series como Stranger Things y The Walking Dead, 24 y The Vampire Diaries, además de películas taquilleras como Guardianes de la Galaxia 2, Spider Man, Black Panther, Marvel, entre otras.
Una ley que no les gusta
Todo iba “bien”, para las productoras de cine y televisión hasta que el pasado 7 de mayo, el gobernador de Georgia, el republicano Brian Kemp, firmó lo que los partidarios del aborto consideraron “una de las leyes de aborto más restrictivas” de la nación norteamericana.
Mediante esta ley, que viene a reforzar otras iniciativas de estados vecinos como Alabama y Luisiana, en el Estado de Georgia se prohibirá el aborto después de seis semanas de embarazo, cuando los médicos generalmente pueden comenzar a detectar un latido fetal.
Eso puso a girar a los lobbies pro-aborto, para echar a andar, por una parte, su maquinaria de acoso y derribo (castigando producciones en Georgia) y, por la otra, a producir películas y programas de televisión que se enfoquen a minimizar o ridiculizar la postura “ultra conservadora” y establecer las ventajas de que la mujer pueda decidir sobre la vida de otro ser humano.
Según fuentes de la industria del entretenimiento en Estados Unidos, el posible boicot en contra de Georgia está liderado por los tres gigantes de la actual producción cinematográfica y de streaming en Estados Unidos: Netflix, Disney y WarnerMedia.
¿Y el público, qué dice?
Cierto es que la industria depende del público, pero a veces (o casi siempre) es ella la que le impone lo que es “políticamente correcto” y lo que no lo es. O lo que debe pensar sobre un tema como el aborto y lo que está vedado.
Pero la mitad de los estadounidenses cree que el aborto es “moralmente incorrecto”, según una nueva encuesta de Gallup. Ésta encuesta demuestra que el porcentaje del “no” es mayor que el porcentaje que dijo que el aborto “sí” es “moralmente aceptable”.
La encuesta de Gallup –publicada esta semana y difundida por el portal The Hill–, refiere que el aborto siguió siendo uno de los temas más controvertidos en Estados Unidos, con cincuenta por ciento de los ciudadanos encuestados calificando a la práctica como “moralmente inadmisible” y 42 por ciento afirmando que el aborto es un “procedimiento médico aceptable”.
La encuesta refleja la brecha entre los encuestados que se auto identificaron como “muy liberales” o “muy conservadores”, con 73 por ciento de los encuestados “muy liberales”, calificando la práctica del aborto como “moralmente permisible” y 23 por ciento de los encuestados “muy conservadores” diciendo lo mismo.
La encuesta de Gallup se realizó entre el 1 y el 12 de mayo y se contactó con 1.009 adultos de Estados Unidos que viven en los cincuenta estados de la Unión Americana y en Washington, DC. El margen de error de muestreo es más o menos puntos porcentuales. Sin embargo, cincuenta versus 42 sigue siendo mayoría que dice “no” al aborto.
Las amenazas
Por lo pronto, Netflix amenazó ya con dejar de rodar películas y series televisivas en Georgia si entra en vigor la ley sobre el latido del corazón aprobada por el gobernador Kemp.
Esta ley entraría en vigor el 1 de enero de 2020, aunque está siendo impugnada en tribunales por los defensores de los derechos civiles que consideran el aborto como un derecho de la mujer.
Según ha relatado el periódico español El País, Disney se sumó a las presiones de Netflix en contra de la “Hollywood del Sur” y WarnerMedia (HBO, Turner y Warner Bros.) lo ha hecho también, avisado que será “muy difícil” continuar trabajando en Georgia si la ley entra en vigor.
Georgia es ya el tercer centro de producción más grande de Estados Unidos, solo por detrás de Nueva York y California, desde que en 2008 aprobó una ley que ofrece veinte por ciento de crédito fiscal en cualquier producción que gaste más de 500.000 dólares, con un adicional de diez por ciento si incluye en los créditos el logotipo del Estado.
“Creo que mucha gente que trabaja para nosotros no querrá trabajar ahí, y tendremos que atender sus deseos al respecto. Ahora mismo estamos estudiándolo con mucho cuidado”, dijo el consejero delegado de Disney, Bob Iger, a la agencia informativa Reuters. Sobre si seguirán rodando en Georgia, respondió: “Dudo que lo hagamos”.