Un empresario musulmán se conmovió y viajó a Perú para ayudar al niño que hacía las tareas escolares a la luz de las farolas
Fue por Instagram como Yaqoob Yusuf Ahmed Mubarak conoció a Víctor a través de un video que se hizo viral. El niño había sido captado por las cámaras de videovigilancia del municipio cuando estudiaba en plena noche bajo la luz de un poste porque no tenía energía eléctrica en su casa.
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El joven empresario árabe se quedó cautivado por el gesto de Víctor de querer cumplir con su tarea y quiso saber más sobre él, por lo que le pidió ayuda a su socio y abogado mexicano Gilberto Rosas Landa en la búsqueda de mayor información.
A los pocos días Gilberto le dijo que tenía una noticia buena y otra mala. La buena era que habían encontrado a Víctor luego de pasar por tantas dificultades, pero lo malo era que pese a que su historia se había conocido en todo el mundo nadie le había brindado atención.
Ese fue un motivo suficiente para querer hacer algo por él y luego de algunos meses de pasar por muchos obstáculos para contactar con las autoridades del colegio, ambos emprendieron un viaje al Perú desde el lejano Reino de Bahréin para encontrarse con el niño.
“No puedes imaginar todo lo que he pasado, pero en el momento que lo vi todas esas cosas terminaron y quedaron atrás. Cuando finalmente lo conocí, sentí que el estrés y el cansancio se fueron. Fue un verdadero alivio cuando pude abrazarlo y besarlo”.
Cuando visitaron la casa de Víctor, Yaqoob no podía creer las condiciones precarias en las que vivía su familia. Él lo describe como un sentimiento muy triste y dice haber pensado en ese momento “Doy gracias a Dios de que puedo tener una casa”. También pidió a todas las personas que tienen un hogar que se sientan agradecidos por eso, porque Víctor no lo tiene.
Documentó cada metro cuadrado de la vivienda. El cuarto que comparte con su mamá y el de su hermana y su hijo que es madre soltera y vive con ellos. Después de ver esa situación tan precaria, fue al coche y se puso a llorar. Cuando pudo recomponerse salió y le prometió a Víctor que le construirá una vivienda de dos pisos.
Sin embargo, la respuesta del niño lo movilizó aún más, ya que le dijo que no quería que le construya una casa. “Por favor empieza con mi colegio”. Sorprendido con su respuesta el empresario pensó “¿qué clase de niño me responde esto?. Así que le aseguró “No te preocupes. Yo te construyo tu casa y tu colegio tal como quieres”.
Cuando llegó a la escuela y vio las condiciones en las que se encontraba, lo primero que hizo fue comprometerse a ocuparse de la remodelación de la misma y comenzar a trabajar en un plan integral con el director y el alcalde para ver las necesidades y equiparla de manera adecuada.
Más allá de la ayuda material, ahora Víctor tiene dos nuevos amigos. Un vínculo que muestra que más allá de las diferencias todos podemos dar y recibir sin importar de dónde venimos y cuáles sean nuestras creencias.
“No puedes imaginar cuantas personas me han mencionado que soy musulmán y he viajado para ayudar a cristianos. Si yo tengo que apoyar a una persona no me importa que sea musulmana, cristiana, judía o de cualquier religión. Es un ser humano y quiero que todo el mundo entienda eso: somos todos humanos y tenemos la oportunidad de vivir en paz”.
Gilberto por su parte ha dicho “Siempre he sido un ferviente creyente de que si te encuentras en la posibilidad de ayudar, tienes que hacerlo. No queremos atención o que nos reconozcan en la calle o nos honren. Lo que queremos es ser un ejemplo que pueda inspirar a más personas a movilizarse. Si puedes hacerlo, hazlo”.
Yaqoob dio su mensaje: “Este mundo debe permanecer en paz. Nosotros los adultos somos la esperanza para los niños. Podemos darles oportunidades para que sean buenos”. Lo que pidió el joven empresario fueron bendiciones y oraciones para que pueda continuar con este trabajo de cumplir su sueño. “Todos tenemos sueños. Mi sueño es ayudar a las personas”.