Mientras que la dirección de General Electric anuncia su intención de suprimir más de 1000 empleos en Francia, cuatro responsables religiosos de la región de Belfort, donde el grupo estadounidense emplea a unas 4000 personas, han recurrido a la pluma para denunciar esta decisión. “La empresa es, primero, una comunidad humana, antes que una herramienta financiera”, recuerdan los signatarios, entre los que se encuentra el obispo de Belfort-Montbéliard, Mons. Dominique BlanchetLa noticia ha generado revuelo. Por eso, cuatro responsables religiosos de Belfort (norte del Franco Condado) se han manifestado hace poco en un comunicado en el que expresan su profundo desacuerdo en relación a la intención de los dirigentes del gigante estadounidense General Electric de suprimir más de 1000 empleos en Francia en las comunas de Belfort y Bourogne.
“Este suceso no puede quedar sin reacción por nuestra parte ni sin reflexión sobre los cimientos de una empresa”, subrayan Mons. Dominique Blanchet, obispo de Belfort-Montbéliard; Mayanga Elysé Pangu, inspector eclesiástico de la Iglesia protestante unida de Francia para la región Est-Montbélard; Ali Sahab, presidente de la Asociación de musulmanes del territorio de Belfort, y Gilles Benhamou, presidente de la Asociación de la comunidad israelita de Belfort.
“Más de 1000 familias se ven afectadas hoy por esas supresiones de empleos. Pensamos en ellas y en cada persona afectada, desde la más joven a la más anciana”.
“La empresa es, primero, una comunidad humana”
“Sin duda, la actividad económica está en el centro de la actividad humana, pero sigue siendo un medio y no un fin. La empresa es, primero, una comunidad humana, antes que una herramienta financiera”, recuerdan los firmantes en el comunicado.
“Nunca en una empresa la persona puede ser considerada como un medio por una finalidad económica. El trabajo es una dimensión esencial de la existencia. A este respecto, denunciamos las decisiones tomadas con un único criterio económico y deseamos que cada persona que haya perdido su empleo pueda ser reconsiderada. Los mecanismos rígidos del mercado pueden ser inmisericordes si no se conserva el sentido de la actividad humana”, alerta el comunicado.
Además, los firmantes han querido aclamar a las “mujeres y hombres que trabajan duro para mantener y desarrollar puestos de trabajo en nuestra región vital, con tan rico potencial industrial, y que realmente perciben en cada empleado un colaborador a quien respetar en su actividad”.